Viernes, 22 Julio 2011 12:06

Río revuelto ganancia de pescadores

La indiscutible y delicada situación financiera que atraviesa la Caja Costarricense del Seguro Social y la inadecuada prestación de servicios de salud a los asegurados, pareciera estar sirviendo de excusa y hasta de mampara, para que algunos sindicatos de esta estratégica institucional social, los utilicen para llevar adelante la defensa y mantención de algunos privilegios que disfrutan sus integrantes y no así el resto de los trabajadores del país.
Nos referimos a las incapacidades y a la pretensión de los sindicatos de que no se manejen como subsidios; así como, por el pago por disponibilidad, que perciben algunos médicos. Ambos rubros, a todas luces, representan importantes erogaciones de dinero para la institución. La primera de estas situaciones, cuenta incluso con un dictamen negativo, de la Procuraduría General de la República, sobre su validez legal.
Pero veamos ¿Cuál es el río revuelto? Este simplemente, es la crisis financiera y el descontento de las y los asegurados, el que viene, desde hace mucho tiempo, producto de no haber recibido una atención oportuna y de calidad por parte de la Caja.
Sin embargo, debemos tener claro que mucha de esa inadecuada atención, que han recibido no pocos asegurados, la han recibido de parte de quienes están integrados a la huelga, los que parece más que defender a la estratégica institución social, lo que buscan es defender sus intereses particulares y de grupo.
Como apuntaba don Luis Alberto Jáen Martínez, en un comentario transmitido hace días, aquí mismo, una huelga se hace en contra de quienes son los dueños de una entidad, con el propósito de causarles daño directo y así obligar a una negociación.
En el caso de esta huelga, hay que decir que en sus efectos negativos, si está dirigida contra los dueños de la Caja Costarricense del Seguro Social, que no son otros que los trabajadores asegurados y específicamente los enfermos con derecho y urgencia de ser atendidos oportunamente. Estas personas, una vez más, ven rezadas sus necesidades al ser usados casi como rehenes, para presionar a las autoridades de la institución y del gobierno, para así obtener beneficios sectarios.
Por otro lado, resulta también que los sindicatos de la Caja, están también llamando a que se le sumen a la huelga a otras organizaciones sociales, especialmente sindicatos del sector público, los que seguramente también, a su vez, tienen reclamos particulares en defensa de sus respectivos intereses; los cuales incluso podrían ser absolutamente razonables pero esto no les autoriza a lesionar los también derechos de otros grupos y personas.
En este país debemos dejar de ser reactivos ante los problemas nacionales, para comenzar a ser profundamente proactivos, donde la inteligencia, la responsabilidad ciudadana y las luchas justas por el bienestar de las mayorías sean el norte a seguir.
La indiscutible y delicada situación financiera que atraviesa la Caja Costarricense del Seguro Social y la inadecuada prestación de servicios de salud a los asegurados, pareciera estar sirviendo de excusa y hasta de mampara, para que algunos sindicatos de esta estratégica institucional social, los utilicen para llevar adelante la defensa y mantención de algunos privilegios que disfrutan sus integrantes y no así el resto de los trabajadores del país.

Nos referimos a las incapacidades y a la pretensión de los sindicatos de que no se manejen como subsidios; así como, por el pago por disponibilidad, que perciben algunos médicos. Ambos rubros, a todas luces, representan importantes erogaciones de dinero para la institución. La primera de estas situaciones, cuenta incluso con un dictamen negativo, de la Procuraduría General de la República, sobre su validez legal.
Pero veamos ¿Cuál es el río revuelto? Este simplemente, es la crisis financiera y el descontento de las y los asegurados, el que viene, desde hace mucho tiempo, producto de no haber recibido una atención oportuna y de calidad por parte de la Caja.
Sin embargo, debemos tener claro que mucha de esa inadecuada atención, que han recibido no pocos asegurados, la han recibido de parte de quienes están integrados a la huelga, los que parece más que defender a la estratégica institución social, lo que buscan es defender sus intereses particulares y de grupo.
Como apuntaba don Luis Alberto Jáen Martínez, en un comentario transmitido hace días, aquí mismo, una huelga se hace en contra de quienes son los dueños de una entidad, con el propósito de causarles daño directo y así obligar a una negociación.
En el caso de esta huelga, hay que decir que en sus efectos negativos, si está dirigida contra los dueños de la Caja Costarricense del Seguro Social, que no son otros que los trabajadores asegurados y específicamente los enfermos con derecho y urgencia de ser atendidos oportunamente. Estas personas, una vez más, ven rezadas sus necesidades al ser usados casi como rehenes, para presionar a las autoridades de la institución y del gobierno, para así obtener beneficios sectarios.
Por otro lado, resulta también que los sindicatos de la Caja, están también llamando a que se le sumen a la huelga a otras organizaciones sociales, especialmente sindicatos del sector público, los que seguramente también, a su vez, tienen reclamos particulares en defensa de sus respectivos intereses; los cuales incluso podrían ser absolutamente razonables pero esto no les autoriza a lesionar los también derechos de otros grupos y personas.
En este país debemos dejar de ser reactivos ante los problemas nacionales, para comenzar a ser profundamente proactivos, donde la inteligencia, la responsabilidad ciudadana y las luchas justas por el bienestar de las mayorías sean el norte a seguir.