El no recibir estos recursos multimillonarios molesta a algunos banqueros, paradójica y tristemente, de la banca nacional, que como una estrategia para atraer clientes y por ende, obtener una mayor comisión, comenzaron a pagarle a los pensionados días antes de la fecha establecida por la Caja y en vez del primer día hábil de cada mes como corresponde, lo adelantaban al 28 del mes anterior y esto ponía muy contentos a los beneficiarios que buscaban, con lógica razón al que le girara primero.
Cuando la Caja decidió pasarse a pagar por medio del Banco Central, lo primero que hicieron fue decirle a los pensionados que por culpa de la CCSS ahora se les atrasaría el pago, esto provocó la reacción airada de muchos adultos mayores.(dicho sea de paso, las pensiones de la Caja son de las pocas que se pagan adelantadas a alguien), lo que quiere decir que no es a mes vencido, de manera que lo que corresponde a agosto se entrega el primer día hábil de ese mes y así sucesivamente.
La otra decisión que adoptaron (algo que no hacen ni las cooperativas, ni los bancos privados) cuando muere un pensionado, antes le devolvían casi inmediatamente estos fondos al régimen, ahora los retienen indefinidamente, se estima que si se incluyen los trámites legales a los que obligarían a la CCSS para recuperar el dinero del fondo de pensiones, la suma podría ascender a los ¢600 millones de colones anuales.
Alguien debe detener este despropósito contra los dineros de los pensionados, de hoy y del futuro.