Lo anterior es sorprendente por tres razones: la primera, que tal situación se dio por 20 años sin que las autoridades de AyA hicieran algo al respecto; la segunda, que tal pago fue trasladado de alguna manera a las tarifas de agua que se cobran a los ciudadanos. ¿No pudo la ARESEP constatarlo, al presentársele solicitudes de aumento de las tarifas? Y tercero, que en AyA todavía no se sabe qué hacer al respecto.
Ello significó que a sus 3.200 empleados, por veinte años, se les pagó de más la suma de ₡2.300 millones. “El error obligó al AyA a cancelar mayores cargas sociales y aguinaldos porque los salarios de enero (usados para la computación del salario escolar) eran mayores de lo debido. Sólo entre el 2002 y el 2015, la entidad desembolsó ₡600 millones”, a lo cual se le adiciona el monto de ₡1.726 millones que se acumuló de más en el presupuesto de AyA para pagar a los funcionarios.
No fue sino 20 años después de 20 años de hacer tal práctica de pago, cuando el auditor de AyA, señor Alcides Vargas, remitió a la Junta Directiva de AyA los resultados de ella y le pidió que “recuperara los dineros pagados en exceso a los empleados, aunque… reconoce que algunos montos por cargas sociales, aguinaldos y salario escolar son irrecuperables por el tiempo transcurrido.”
Un segundo aspecto derivado de esa práctica incorrecta de cálculo, es que habría afectado las tarifas cobradas por el servicio de agua de AyA a sus 652.000 clientes, pues en tal fijación se toman en cuenta los costos salariales artificiosamente mayores. Como parece ser lo usual con muchas cosas en el estado, los errores, los yerros, el desperdicio y otras cosas, terminan siendo pagadas por los consumidores de los servicios.
De hecho, a la fecha de la publicación de aquel comentario periodístico, ante la ARESEP hay una solicitud de aumento de AyA de un 15% por metro cúbico de agua y de un 40% por alcantarillado, para el segundo semestre de este año, así como de un 35% y de 57,5% respectivamente para el 2017.
Habrá que ver cuánto de ese aumento de tarifas, considerado como necesario, dadas las utilidades del AyA para realizar inversiones en el sector, serían menores si no estuvieran influidas por las pérdidas que la institución tuvo ocasionadas por su mala administración de los salarios de sus empleados.