Jueves, 17 Enero 2013 05:27

Lo mejor de enero, los Rezos del Niño

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Este mes de enero recuerdo una gran lección de vida: la verdadera Navidad se vive al inicio de cada año, y no como yo creía, no al final de cada diciembre. La verdadera Navidad se vive en enero porque el espíritu de nuestra celebración ya no está ni el 24 ni el 25… Está en el Rezo del Niño.

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El músico guapileño Alexander Chaves me había dicho varias veces que hiciera un trabajo especial sobre los rezadores de mi pueblo. Así que fui con él en un recorrido por los rezos que organizan en nuestra comunidad.

Me encontré al Niñito Dios, al verdadero protagonista del milagro de la Navidad, al Niñito Dios que nació entre una mula y un buey, en un pesebre de miseria. Le cantan, le rezan, lo alaban, lo agasajan… En todo Guápiles, en enero vi al Niñito Dios, no a Santa, o a Santa Claus. No vi al señor regordete que sólo sabe dar regalos a los niños que tienen quién les compre una Navidad consumista.

Con Don Alexander, va de casa en casa don Alfredo Torres Corrales, un famoso rezador que nació en 1936. Cuenta que ni siquiera le gustaba rezar, pero que en una ocasión acompañó a un muchacho con discapacidad, oriundo de Limón, que se trasladaba a Guápiles para hacer rezos a cambio de que le regalaran algo. Don Alfredo le siguió ayudando ese año, y al año siguiente el muchacho no volvió para los rezos del Niño. Entonces la gente lo empezó a buscar a él, que sabía tocar guitarra y que, sin querer queriendo, empezó a pulsearla como rezador.

Luego conquistó a don José Cubillo, otro rezador guapileño de muchos años, que ahora descansa en la paz de Dios. Y jaló a don Hernán Vargas, que sigue siendo rezador, ahora junto a su compañera, doña Marina.

Otra persona que se dedica a los rezos en enero es doña Sonia Benavides, quien vive en La Calle del Gobierno, camino a La Colonia. La acompaña su esposo, Carlos Loría Arce, y también su hija, Jackeline. Don Alexander Chaves destaca en doña Sonia su oído musical, su buen tono, por lo que es muy cómodo seguirla en los rezos.

La médula del rezo es la suma de la oración y la música, la conjunción mágica de la guitarra y la voz del rezador, la repetición de ese montón de frases poéticas que hay en todo lo que se reza, el enaltecer a María como Madre de Dios y madre nuestra.

Lo que ocurre en mi pueblo ocurre en todos los demás. He ido a rezos del Niño en el mercado de Cartago, en Grecia, y he estado con el grupo Bambú, de Cartago, que hace el rezo absolutamente cantado. Es mi verdadera fiesta de Navidad. Qué vivan los rezos del Niño, que sigan repartiendo café, arroz con leche y biscocho… Que hagan nacer al hijo de Dios en cada hogar de mi patria.