En las zonas rurales los canales, ríos o quebradas, se sedimentan, o se obstruyen con ramas o troncos. Recuerdo en el río Zapote de Puerto Viejo de Sarapiquí, una recava que se hizo para limpiar el rio de troncos, y ramas y así “liberar” el cauce. De esa manera las aguas, cuando llovía, discurrían más fluidamente y no se salían producto del represamiento.
De esta manera la RECAVA es una acción preventiva para evitar inundaciones o algún otro problema derivado de la sobrecarga de aguas en época lluviosa en una determinada zona, en este caso, zonas agrícolas.
Esto se debería realizar en las zonas urbanas, donde el río o quebradas aumentan considerablemente sus aguas en temporada de lluvias, o con cualquier aguacero fuerte. Aquí además de presentarse caídas de ramas, derrumbes, o arboles viejos, también se tiene que lidiar con todas las cochinadas (basuras) que lanzan los ciudadanos a los ríos. Esto hace que cuando se da una fuerte lluvia, las alcantarillas se represan y se salen a las calles o socaban terrenos, construcciones, viviendas o carreteras, caso Hatillo, o Pista Alajuela. Por supuesto que las recavas son caras y necesitan maquinaria especial y gente experta en ellas. Pero actúan en forma preventiva para evitar desastres o infraestructura o riesgos humanos.
Desgraciadamente este método preventivo no se realiza, y continuamente sufrimos de los estragos de las crecidas de los ríos. Y entonces, los costos y carreras de municipalidades y gobierno central (comisión de emergencias, Y MOPT) tienen que hacer intervenciones cuantiosas.
El gobierno, municipalidades, Comisión de Emergencias, deberían pedirle ayuda a las empresas agrícolas en materia de recavas. Quizás de esa manera se evitaría o disminuirían los desastres que provocan cada invierno las correntadas y taponamiento de ríos o alcantarillas.
DESPUES DE OCURRIDOS TANTOS Y TANTOS DAÑOS. NO TENEMOS CULTURA PREVENTIVA.
Alexander Bonilla Durán.