Don Luis Grau era de origen cubano. Llegó a Limón a trabajar en otras actividades económicas, pero la radio lo atrapó. Estuvo al frente de Radio Casino durante varias décadas. Nunca fue locutor, ni entrevistador. Era el administrador y propietario de la emisora, quien estaba al frente para sostener un medio en un puerto Limón más pobre que el de ahora, pero con una actividad deportiva y social muy grande.
Don Luis sirvió de apoyo para el futbol, el beisbol, el baloncesto y el atletismo en Limón, cuna de deportistas . Don Luis ayudò para que artistas que trajeron el calipso a Limón, proveniente de Trinidad y Tobago, lo hicieran suyo como movimiento cultural y como ritmo musical en Limón y en la zona sur de la provincia, en esa franja mágica donde brillan Cahuita, Puerto Viejo y Manzanillo. Apoyó a las grandes orquestas de Limón, como la de don Raúl Maldonado y la River Side. También tuvo espacio en la emisora, la comunidad china de Limón, fundamental en el crecimiento cultural y económico de la provincia.
En el caso de Limón, también ha sido muy importante que la emisora haya respetado no sólo la libertad sino la diversidad de credo, por lo que abrió sus puertas a la comunidad bautista, que tiene el templo protestante más bello del país, junto a una legendaria casa misionera, y también a sacerdotes como David Garro, quien celebraba la misa en inglés, para la comunidad afrocaribeña, y a Monseñor Coto, cuando alzó la voz para enfrentar el alcoholismo y la prostitución en el Caribe.
Hace sólo unos días, se recordó el terremoto de Limón, ocurrido en abril del año 1991. Radio Casino fue fundamental para movilizar a la comunidad, para informarla y tranquilizarla. En los momentos de mayor dolor en Limón, la emisora se puso de pie con el pueblo y le ayudó a recobrar el camino y la paz.
Radio Casino ha vivido etapas muy diversas de Limòn , y don Luis siempre la mantuvo como tribuna abierta al servicio de buscar soluciones a los tantos males que aquejan a la provincia .
Tres veces estuve con don Luis Grau en ese segundo piso del edificio donde funcionaba Radio Casino. Recuerdo sus instalaciones de madera, los vidrios que servían de ventanales y de paredes, es decir, de divisiones, entre los departamentos de la radio y las oficinas. Recuerdo su voz, en medio del ronco bamboleo de un ventilador, en una oficina pequeña, sencilla, sin lujos.
Don Luis Grau es de aquellos radiodifusores que renunciaron a sus pretensiones económicas para convertirse en verdaderos promotores sociales. Nunca se casó. Su verdadera compañera era la emisora. Dedicó alma, vida y corazón a Radio Casino y al desarrollo de nuestra amada, incomprendida y pobre provincia. En Limón, hasta las olas lloran a los pies del tajamar la muerte del grande, noble y bueno de don Luis, ese radiodifusor potente e incansable que fue don Luis Grau. Que descanse en paz. Que Limón siempre tenga presente su gran legado.