Al germinar un nuevo año, la mente, el cuerpo y el espíritu se encuentran motivados para enfrentar nuevos retos, para poder dar un borrón y cuenta nueva o hacer una recapitulación de lo que quedó pendiente para renovarlo y enfocarlo mejor. Lo cierto es que se trata de una nueva carrera y el calendario nos anuncia nuevas oportunidades para ser proactivos.
Yo les propongo un trato: ¡hagamos propósitos comunes! Como costarricenses compartimos sueños e ideales, que nos permiten asociarnos tras una visión del país que queremos. Estoy segura que la mayoría estará de acuerdo en querer una Costa Rica donde reine la paz, el trabajo, la salud, el amor y la prosperidad. ¿Qué les parece si nos enfocamos en conjunto a promover esos valores?
¿Qué tal si nos proponemos escuchar más y hablar menos?, ¿qué tal si nos sentamos a dialogar en vez de gritar sin entendernos? ¿Qué tal si abrazamos, damos, sonreímos y perdonamos? Les propongo saludar más este año, decir más buenos días e interesarse más por la situación del otro. De repente se puede sorprender a alguien al servirle una taza de café, al cederle el espacio en el autobús o en la carretera, o al regalar una sonrisa de aprobación sin motivo aparente. Quizá podamos tenerle más paciencia al abuelo que cuenta sus historias lentamente o a los niños que hacen preguntas sin parar. Tal vez logremos ser más tolerantes cuando alguien piense distinto, entendiendo que se pueden buscar las formas de convivencia aunque no se compartan las ideas.
Procuremos dar lo mejor de nosotros mismos sin importar si trabajamos en la casa, en la oficina, en el campo, en el comercio, en el gobierno, en la escuela, en el escenario, en la iglesia, en el hospital o donde sea, simplemente procuremos hacer las cosas con honestidad; hacer lo mejor que podamos, sin desgastarnos en señalar al otro que hace mal, sino buscando la excelencia nosotros mismos para contagiar a quienes nos rodean.
¿Será posible que este año podamos bajar la ventanilla de nuestro vehículo y en vez ignorar al joven indigente o al vendedor ambulante, nos interesemos en ese ser humano y al menos les brindemos unas palabras de aliento y esperanza?
Individualmente, hemos sido dotados del poder para decidir y para actuar, nuestras acciones mueven el contexto que nos rodea, lo cambian, lo mejoran o lo deterioran, lo cierto es que se nos devuelve trayendo el fruto de lo sembrado y el resultado final, será nuestra realidad.
Cada quien sabe que es lo que debe mejorar para que su ambiente cercano cambie positivamente, pero les aseguro que si cada uno y cada una hace su parte y nos esforzamos en conjunto por hacer mejor las cosas, veremos el resultado en nuestra sociedad, la suma de cada persona, cada familia o cada grupo actuando proactivamente, sin duda hará de Costa Rica un mejor país.
¡Feliz 2011!
Mónica Segnini Acosta
Al germinar un nuevo año, la mente, el cuerpo y el espíritu se encuentran motivados para enfrentar nuevos retos, para poder dar un borrón y cuenta nueva o hacer una recapitulación de lo que quedó pendiente para renovarlo y enfocarlo mejor. Lo cierto es que se trata de una nueva carrera y el calendario nos anuncia nuevas oportunidades para ser proactivos.
Yo les propongo un trato: ¡hagamos propósitos comunes! Como costarricenses compartimos sueños e ideales, que nos permiten asociarnos tras una visión del país que queremos. Estoy segura que la mayoría estará de acuerdo en querer una Costa Rica donde reine la paz, el trabajo, la salud, el amor y la prosperidad. ¿Qué les parece si nos enfocamos en conjunto a promover esos valores?
¿Qué tal si nos proponemos escuchar más y hablar menos?, ¿qué tal si nos sentamos a dialogar en vez de gritar sin entendernos? ¿Qué tal si abrazamos, damos, sonreímos y perdonamos? Les propongo saludar más este año, decir más buenos días e interesarse más por la situación del otro. De repente se puede sorprender a alguien al servirle una taza de café, al cederle el espacio en el autobús o en la carretera, o al regalar una sonrisa de aprobación sin motivo aparente. Quizá podamos tenerle más paciencia al abuelo que cuenta sus historias lentamente o a los niños que hacen preguntas sin parar. Tal vez logremos ser más tolerantes cuando alguien piense distinto, entendiendo que se pueden buscar las formas de convivencia aunque no se compartan las ideas.
Procuremos dar lo mejor de nosotros mismos sin importar si trabajamos en la casa, en la oficina, en el campo, en el comercio, en el gobierno, en la escuela, en el escenario, en la iglesia, en el hospital o donde sea, simplemente procuremos hacer las cosas con honestidad; hacer lo mejor que podamos, sin desgastarnos en señalar al otro que hace mal, sino buscando la excelencia nosotros mismos para contagiar a quienes nos rodean.
¿Será posible que este año podamos bajar la ventanilla de nuestro vehículo y en vez ignorar al joven indigente o al vendedor ambulante, nos interesemos en ese ser humano y al menos les brindemos unas palabras de aliento y esperanza?
Individualmente, hemos sido dotados del poder para decidir y para actuar, nuestras acciones mueven el contexto que nos rodea, lo cambian, lo mejoran o lo deterioran, lo cierto es que se nos devuelve trayendo el fruto de lo sembrado y el resultado final, será nuestra realidad.
Cada quien sabe que es lo que debe mejorar para que su ambiente cercano cambie positivamente, pero les aseguro que si cada uno y cada una hace su parte y nos esforzamos en conjunto por hacer mejor las cosas, veremos el resultado en nuestra sociedad, la suma de cada persona, cada familia o cada grupo actuando proactivamente, sin duda hará de Costa Rica un mejor país.
¡Feliz 2011!
Mónica Segnini Acosta