Lunes, 25 Enero 2016 22:58

Hacia una reforma jurídica integral.

Desde hace décadas se viene hablando de paralización, tramitología, de rezago, de retroceso incluso. Se habla de Reforma del Estado, de Modernización del Ordenamiento Jurídico Publico, de mayor efectividad y eficiencia del acto político, en fin, se habla mucho y se hace poco, por lo general, los políticos no entienden del tema y mucho menos creen en la necesidad de una nueva ConstituciónPolítica.

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Cada cuatro años se promete mucho y no se cumple ni con el 10 % de lo ofrecido, para citar ejemplos recientes, en materia de infraestructura no se avanzo nada en los últimos dos años, tenemos las peores carreteras de Centroamérica, igual en materia de vivienda, desempleo y el tema de la seguridad ciudadana viene de mal en peor. Estamos de último, en todo.
De nada sirven las buenas intenciones económicas y sociales si no se resuelve primero lo primero, es urgente simplificar las leyes, derogar lo inservible, modernizar el ordenamiento jurídico público, urge una reforma jurídica verdadera, se acabo el tiempo para los parches legales, existen cerca de 23.000 normas jurídicas, entre leyes, decretos, reglamentos, actos administrativos, etc., muchas de ellas contradictorias, repetitivas, innecesarias y obsoletas, esto, hay que cambiarlo, si no existen normas claras de funcionamiento que permitan a los jerarcas actuar, nos estancamos, nos paralizamos y por ende retrocedemos en relación a los demás países del istmoy no estamos justificando a nadie, hay que olvidarse de hablar y se dedicarse a hacer. Seguimos de último, en todo.
Por supuesto que hay normas importantes, pero no se aplican, no existe una rendición de cuentas anual, una evaluación de resultados periódica, ocho ministros han sido cesados en estos dos años por ineptitud y ninguno da un informe final de sus actos, hay que aplicar permanentemente el principio de probidad, debe aplicarse la responsabilidad del funcionario público y por supuesto debe aplicarse la ley penal a los falten a sus deberes ciudadanos y violen la ley.
Finalmente, urge una nueva Constitución Política, la actual data desde finales del siglo XIX, está obsoleta y fuera de contexto, si pretendemos insertarnos en un mundo globalizado, competitivo y complejo, modernicemos nuestras normas, minimicemos procedimientos, bajemos parámetros de tramitología y aumentemos niveles de gobernabilidad.
Si seguimos siendo espectadores del desarrollo vecino y discutiendo si el rumbo es por la izquierda, el centro o la derecha, mañana será tarde, los problemas no esperan, crecen y se expanden en una espiral peligrosa para la vida democrática. Los partidos políticos son los responsables de lo que pase o de lo que no pase en este país, son los llamados a aspirar a una mejor gobernanza en lo político, en lo jurídico y en lo presupuestario, tienen la palabra.
Efren Arauz