Jueves, 25 Agosto 2016 07:56

Este país… es nuestro país y se llama Costa Rica.

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Cuando no sabemos el nombre de alguien a quien tenemos cerca y nos referimos a él usamos el adjetivo demostrativo para señalarlo; así pues decimos: “esta muchacha, este joven etc.” de lo contrario lo llamaríamos por su nombre. Ahora bien, de un tiempo para acá escuchamos constantemente a mucha gente, especialmente diputados y periodistas, decir este país refiriéndose a Costa Rica, su país.

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Si todavía dijeran nuestro país estarían usando un adjetivo posesivo y tendría un sentido de pertenencia. ¿Será que usan el demostrativo para señalar algo externo y no sentirse involucrados con lo propio? ¡Definitivamente es más fácil! Lo que le pase a nuestro país lo debemos sentir en carne propia y por ello tenemos que luchar y buscar soluciones para mejorarlo. Es más fácil pensar que lo que le suceda a este país no es a nosotros a los que nos corresponde sino a este gobierno, a estos funcionarios y a esta gente.
¿Será tal vez copia de cómo se refieren a Costa Rica los migrantes? Ellos sí pueden referirse a nuestro país como este país, pues, aunque les abrió las puertas, no les pertenece. Este fenómeno no se da solamente en Costa Rica.
Escuchamos continuamente a migrantes de otros países usar el término “este país” para referirse a la tierra que los acoge. Bien sabido es que los costarricenses tenemos una gran facilidad para amoldarnos a nuevas situaciones e imitar a otras culturas; loable para ajustarnos a un mundo globalizado; sin embargo, nuestra identidad debe ser algo que mantengamos y de lo que debamos sentirnos orgullosos. Son los valores heredados de nuestros antepasados, los labriegos sencillos de nuestro Himno Nacional, que trocaron sus herramientas en armas para defendernos, los que forman nuestra esencia.
Si nos desilusiona la violencia, la apatía, la falta de previsión y de planeamiento, la corrupción que vivimos día a día, hagamos un esfuerzo por no verlo como cosas que suceden en este país, sino por lo que está pasando en nuestro país. ¡Hagamos nuestro el destino de Costa Rica: es responsabilidad de todos! Debemos asumir un compromiso de cara a sus dolencias.
De diagnósticos tenemos suficiente; las críticas también abundan pero ¿qué hacemos? Avoquémonos en buscar soluciones y comencemos con ésta: no señalarlo como algo extraño, sino verlo como nuestro. Costarricenses, por favor ya no se vuelvan a referir a la tierra que los vio nacer y en la que viven sus hijos como este país, Recuerden, es nuestro y tiene nombre: se llama Costa Rica.