El tener un derecho, bien sea antes de entablar una demanda o habiéndola ganado, no es un cheque en blanco para abusar de él sino más bien una declaratoria con fuerza de verdad real, la cual busca que al agraviado por determinada situación se le resarza por el sufrimiento o violación a sus derechos, sobre los cuales no tenía por qué haberse dado así. Sin embargo, hay temas tan importantes los cuales trascienden a los intereses de ciertos gremios y atañen a los intereses del conglomerado social, es decir, de la sociedad en general, que no pueden simplemente invocarse sin ton ni son en completo atropello del interés público.
Las desafortunadas actuaciones de ciertos agentes económicos quienes han recurrido a las prácticas más severas para sacar de circulación a un medio de comunicación, sin el más mínimo reparo ni preocupación por los intereses de terceros, dejan en claro la necesidad imperiosa de no cesar en la ponderación de los intereses gremiales con respecto a los generales.
Pese a que la ley 8039, la cual atañe a los procedimientos en la observancia de la protección de la propiedad intelectual, es clara en establecer como límites de acción de las medidas a tomarse en la protección de la propiedad intelectual de los derechohabientes, los derechos de terceros, existieron intenciones marcadas de pretender cerrar un medio de comunicación sin tomar en cuenta los intereses de las sociedad o los de los anunciantes, quienes se verían afectados por estas acciones.
La libertad de expresión y de prensa debe de ser defendida a capa y espada. El papel de los medios de comunicación es de suma importancia y no es por vanagloria ni auto-indulgencia que se les ha denominado como los perros guardianes de la democracia, pues tal y como lo expresara Lord Acton en una frase muy utilizada pero no por ello menos real: El poder corrompe pero el poder absoluto corrompe de manera absoluta, y si no fuera por los medios de comunicación ni sus periodistas abnegados en las labores de sacar a la luz las irregularidades cometidas por el Estado y sus agentes, tanto así como por las camarillas económicas y gremiales, se darían muchos más abusos que en la actualidad, por tanto, defender a un medio de comunicación es defender a toda la sociedad en general.