La mala noticia de la semana, sin la menor duda, es la renuncia a su puesto como magistrado suplente del señor Moisés Fachler Grunspan.
Las razones para esa renuncia, según fue informado por diversos medios de comunicación, fue la de sentirse aludido por la denuncia sobre ser el responsable de haber sustraído un documento de la instancia judicial para entregársela a una de las partes mencionadas en ese documento.
Otro hecho, es que esta denuncia fue hecha, una vez más, por un medio periodístico, llamo la atención de las y los amigos de Panorama, de que no fue gestión investigativa de ninguna autoridad competente, sino la de un periodista,.
Lo anterior es muy grave para la ya alicaída credibilidad de las y los costarricenses en la institucionalidad del país y en la honorabilidad necesaria de todas y cada una de las personas que integran los tres poderes de la República. Este hecho y otros similares son desmoralizantes y simplemente devastadores para la credibilidad de las y los costarricenses en el sistema democrático.
No nos engañemos más, costarricenses, hace rato en este país, no pocos de los integrantes de los tres poderes de la República, llegaron a sus cargos, con intenciones e intereses nada cercanos a cumplir con la confianza depositado por el pueblo en ellas y ellos.
Tampoco creo que les preocupa, ni los desvela el honrar su juramento de respetar la Constitución y las leyes, ni que Dios y el Pueblo se los reclame, si no lo hacen.
¿Para qué decir o ahondar más? No hay mucho que agregar y además mi espíritu personal y patriótico está demasiado deprimido para insistir en un hecho que debe ser vergüenza nacional, no solo para el Poder Judicial, ni para los otros dos poderes de la República, sino para toda Costa Rica.
Desde que salió esa noticia, las radioemisoras del país deberían estar sonando de manera intermitente el Duelo de la Patria.
La mala noticia de la semana, sin la menor duda, es la renuncia a su puesto como magistrado suplente del señor Moisés Fachler Grunspan.
Las razones para esa renuncia, según fue informado por diversos medios de comunicación, fue la de sentirse aludido por la denuncia sobre ser el responsable de haber sustraído un documento de la instancia judicial para entregársela a una de las partes mencionadas en ese documento.
Otro hecho, es que esta denuncia fue hecha, una vez más, por un medio periodístico, llamo la atención de las y los amigos de Panorama, de que no fue gestión investigativa de ninguna autoridad competente, sino la de un periodista,.
Lo anterior es muy grave para la ya alicaída credibilidad de las y los costarricenses en la institucionalidad del país y en la honorabilidad necesaria de todas y cada una de las personas que integran los tres poderes de la República. Este hecho y otros similares son desmoralizantes y simplemente devastadores para la credibilidad de las y los costarricenses en el sistema democrático.
No nos engañemos más, costarricenses, hace rato en este país, no pocos de los integrantes de los tres poderes de la República, llegaron a sus cargos, con intenciones e intereses nada cercanos a cumplir con la confianza depositado por el pueblo en ellas y ellos.
Tampoco creo que les preocupa, ni los desvela el honrar su juramento de respetar la Constitución y las leyes, ni que Dios y el Pueblo se los reclame, si no lo hacen.
¿Para qué decir o ahondar más? No hay mucho que agregar y además mi espíritu personal y patriótico está demasiado deprimido para insistir en un hecho que debe ser vergüenza nacional, no solo para el Poder Judicial, ni para los otros dos poderes de la República, sino para toda Costa Rica.
Desde que salió esa noticia, las radioemisoras del país deberían estar sonando de manera intermitente el Duelo de la Patria.