El Cerro de la Muerte debe su nombre a las personas que fallecieron tratando de cruzar a pie, a caballo o en carreta hacia El Valle de El General.
Crecí en Pérez Zeledón. Ahí transcurrió mi niñez. Después nos fuimos para Siquirres y para Guápiles, pero nunca he podido olvidar ese bosque enano y alucinante que es el páramo. Es el bosque de mis sueños.
Les contaba que pasé varios fines de semana buscando el refugio. Me dijeron que estaba a la orilla de la calle, lo cual es cierto, pero hay decenas de entradas a la orilla de la calle, muchas de las que llevan hasta torres de electricidad.
Por fin, al cuarto intento, llegamos, en compañía del periodista puertorriqueño Pedro Aníbal Díaz y sus papás.
Se trata de poco menos que una casona. Parece más bien una bodega con corredores. Está construida con paredes de barro, de tierra. Detrás, hay un excusado de hueco.
Parece un sitio simple, pero tiene una fuerza especial, única, fuera de serie. Miles de personas pasaron noches y madrugadas, días de temporal, momentos muy difíciles en este refugio, camino al sur o de vuelta.
La zona es preciosa, pero inhóspita. Hace un frío endemoniado. Insisto en que ahora es un lugar diferente por las comodidades. Hay chimeneas y agua caliente. Uno se puede calentar con un agua dulce, con un café, con una sopa. Y ahí está el fuego, con su música, con su luz. Pero en aquellos años, a inicios del siglo anterior, no había luz eléctrica, ni comodidad alguna.
La gente usó este refugio hace unos cien años, y siguió usándolo durante mucho tiempo. La ruta hacia Pérez Zeledón primero se llamó “La Picada Calderón”. Hubo una ruta como la conocemos hasta medio siglo después, y fue así porque el ejército de Estados Unidos necesitaba un ingreso por tierra al Canal de Panamá. Un pueblo cercano a este refugio se llama “Macho Gaft” en honor al gringo que dirigía el plantel para los hombres y la maquinaria que estaba en ese lugar.
Debemos ir a sitios como el refugio del Cerro de la Muerte a reflexionar sobre la vida que llevamos, con todas las comodidades que no tuvieron nuestros antepasados, y a pensar en el heroísmo y la lucha de quienes soñaron con un futuro mejor, en el Valle de El General, donde se quedó mi niñez, aunque sigue viviendo conmigo.
Viernes, 02 Septiembre 2016 05:58
El refugio centenario de El Cerro de la Muerte
Escrito por Camilo Rodríguez ChaverriUno de mis sitios favoritos es el Cerro de la Muerte. Me encantan el frío y el páramo. Durante varios fines de semana busqué en la zona, el viejo refugio que usaban las personas que iban hacia el sur y que se protegían del frío en esa construcción.
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