Hay dos tipos de miedo, el que paraliza y nos lleva a rezagarnos, ese es el miedo malo. Hay otro tipo de miedo, el que nos lleva a prever, a ser prudentes pero eventualmente a ejecutar, ese es el miedo bueno.
Es natural temer cuando uno se enfrenta a la maquinaria del leviatán estatal, pues ya solo por su enorme tamaño intimida, pero si a eso le sumamos otras situaciones como represalias que eventualmente toma cuando se le ataca, se entiende por qué las personas temen y se paralizan, lo cual lleva a que el Estado y sus agentes tomen ventaja de esta situación, para llevar a cabo los abusos que se cometen todos los días, porque están conscientes del miedo que sienten las personas a exigirle el respeto de sus derechos y, como muy pocos lo hacen, el Estado sabe que puede actuar con completa impunidad.
Cuando un individuo o grupo de individuos exigen sus derechos, es natural que sientan miedo, pues el miedo es el mecanismo que utilizamos para prever, para reflexionar y para preparar el mejor camino que nos permita adoptar la conducta más adecuada y de esta manera evitar el yerro innecesario.
Sin embargo, muchas veces no es miedo lo sentido sino que es desinterés, es desapego por el bienestar propio y de los demás, lo cual lleva a la indiferencia y ésta lleva a la caída de los pueblos, pues si nadie se preocupa por defender la libertad, otros se encargarán de suprimirla y de buscar gobernar con tiranía, poniéndole el zapato por encima a los gobernados.
He ahí el por qué precio de la libertad es su eterna vigilancia y los abusos que el Estado y sus agentes cometen deben ser denunciados ante los tribunales. Los mecanismos para defendernos están frente a nosotros mismos, se encuentran en la ley, tal y como dice el himno al 15 de setiembre, “derechos sagrados la Patria nos da”, por eso, es nuestro deber cívico el exigir el respeto de la ley y el respetarla nosotros mismos, y si necesitamos recordar nuestro deber, internalicemos en nuestro subconsciente lo dicho en el himno: “y del pueblo los hijos en coro de la ley juren ser el sostén”.
Lunes, 18 Julio 2016 07:23
El miedo sentido cuando exigimos nuestros derechos
Felipe Guadamúz FloresLa lucha por la libertad siempre ha implicado valentía, ello supone dejar de lado el miedo. El Himno Patriótico al 15 de Setiembre dice: “Solo es hombre el que tiene derecho, no el que vive en la torpe abyección”, éstas palabras profundas recuerdan el deber constante de vigilar la libertad, pues el déspota está a la espera del descuido o la indiferencia de los ciudadanos para hacerse con el poder y tiranizar a los gobernados.
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