Martes, 10 Junio 2014 02:45

Educación más humanista

Ciertamente los centros universitarios, tanto públicos como privados, deben incorporarse a la vida social con un evidente signo de cambio que sea congruente con las innovaciones, requerimientos, necesidades y demandas de los estudiantes para hacer de ellos profesionales quienes les respondan de manera pertinente a la sociedad, ciudadanos comprometidos con su entorno e individuos con una clara conciencia social; es decir, alumnos integrales con un alto grado de sustento humanista que les permita enfrentar, de la manera más eficaz, las diversas problemáticas presentadas en el ámbito social y puedan dar contribuciones positivas a dicho sector.

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De ahí la urgencia de que los centros educativos procuren el fomento de una educación humanista en los estudiantes en todos los cursos, no solamente en el área de Humanidades, y de que se comprenda, a conciencia, y se tenga como uno de los objetivos por plasmar en cada currículo universitario, el porqué es importante el desarrollo de las competencias del humanismo para la formación de profesionales líderes y con alta sensibilidad social. Pues en un mundo cada vez más vacío de espíritu y empeño; frente a una realidad cada vez más hostil con la solidaridad y el compromiso con los demás y frente a un sistema educativo extraviado en el individualismo y la instrumentalización, el llamado que debe imperar es el de rescatar a los humanos que están detrás de cada alumno y de cada docente, para devolverle el control soberano sobre su existencia en el ámbito intelectual y espiritual.

Definitivamente se está en una época de trasformaciones donde lo que se requiere es alejarse del sistema educativo tradicional para, fundamentalmente, aplicar las competencias del humanismo para preparar alumnos pensantes, críticos, creativos, participativos, sedientos de conocimiento, con criticidad, curiosidad intelectual, valores, artífices de reflexiones, toma de conciencia y proyección social…, por ello se requieren importantes reformas curriculares que abarquen los diversos niveles y modalidades del sistema educativo, pues en la medida en que se innove el currículo se estará enfrentando, asertivamente, los requerimientos y la problemática que enfrenta la educación costarricense.

En este sentido, se requiere un currículum humanista donde se le permita a los educandos abrirse a nuevas posibilidades de aprendizaje, a renovados horizontes educativos de reflexión y producción, a nuevos desarrollos de competencias, en los cuales la interacción institución-docente-estudiante-sociedad incentive el potencial humano para incorporar a los alumnos, de manera eficaz, a una sociedad más activa, tecnificada y globalizada.

Un programa curricular sustentado en la pluralidad, la participación y la libertad. Donde se piense en las necesidades de los estudiantes, por ejemplo, edades, condición económica, profesiones o creencias; además que se aboque a la formación integral de ellos, en los retos que enfrentará, en la diversidad de inteligencias, de tiempo, contenidos y formas de enseñanza; en el uso pertinente de lo tecnológico y que permita la solución de problemas, la evaluación de perspectivas y facilitador del aprendizaje en servicio.

Definitivamente en el tanto las universidades, tanto públicas como privadas, estén abiertas a asumir los procesos de cambio y de redefiniciones curriculares acorde con las posturas del ejercicio profesional, podrán establecer un modelo pedagógico humanista donde el estudiante pueda asumir una postura flexible, reflexiva, activa y coherente con las exigencias socio-laborales, es decir, una patente responsabilidad social. Sencillamente se trata de educar a los estudiantes para formarlos como ciudadanos solidarios; es repensar los desafíos a la innovación educativa; es establecer un diálogo entre aprendizaje, servicio, educación y compromiso social y es tomar en cuenta los nuevos actores sociales, las nuevas problemáticas y las nuevas posibilidades de participación para abrir los horizontes de una educación más humanista.