Miércoles, 12 Diciembre 2012 05:22

Cuasi-plan fiscal en las sombras

Para nadie es un secreto la situación fiscal que enfrenta el país. Los titulares de los distintos medios de comunicación reiteradamente nos recuerdan que el déficit fiscal costarricense es de los mayores en América Latina.

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La necesidad es también madre de la invención; madre de la creatividad. Después de una desgastante derrota sufrida por el gobierno cuando trató de imponer –a la fuerza y sin diálogo– un Plan Fiscal, lo único que le ha quedado al Ministerio de Hacienda es buscar en la creatividad interpretativa nuevas formas de sacarle dinero al pueblo.
La primera acción de exceso de creatividad se dio un día antes del viernes negro del año pasado. Hasta entonces, los consumidores nacionales habían tenido la posibilidad de exonerar compras con valores inferiores a los $500. Un día antes, para tomar al consumidor por sorpresa, esta disposición se eliminó vía decreto. Las quejas no se hicieron esperar, pero Hacienda puso oídos sordos ante los reclamos de los costarricenses afectados.
La segunda creatividad fue la revaloración del valor fiscal de los vehículos. Nuevamente el arma secreta de hacienda es el factor sorpresa; el ataque sorpresa dirigido a afectar a la clase media del país. Se anuncia la revaloración a última hora, sin oportunidad de respuesta para el 70% de los dueños de vehículos donde la única solución que se le da es ir a poner una queja al ministerio.
Muchos argumentan que el aumento no es válido, pues no se publicaron a tiempo las listas con los nuevos valores fiscales. Incluso el mismo ex director de Tributación, Francisco Villalobos, expresa abiertamente sus dudas respecto a la manera en la que hacienda revaloró la flotilla vehicular.
Se calcula que la revalorización fiscal sorpresa de Hacienda recaudara ¢15.000 millones de colones adicionales para las arcas del Estado. Como si esto fuera poco, los automóviles que más se vieron afectados fueron los más viejos, pues aparte de la revaluación sufrida ahora aumentó el tiempo de depreciación de automóviles de 15 a 20 años.
El cobrar lo que se pueda y a quién se deje, lleva las potestades de Hacienda a un área gris donde la legalidad deja de ser clara y se convierte en una gestión a las sombras.
PATRICIA PÉREZ HEGG