Costa Rica se ha consolidado como un país especial para la atracción de la inversión extranjera.
Debemos sentirnos entusiasmados de que empresas de todo el mundo pongan su mirada en un país que ha decidido competir y lo ha hecho de buena manera.
Sin embargo, es notorio que tenemos un saldo pendiente, en cuanto a la larga y tortuosa tramitonomía.
El país debe enrumbarse hacia una simplificación y agilización de trámites, que haga más eficiente el aparato estatal y le permita a las empresas y a las personas obtener respuesta a sus solicitudes en el menor tiempo posible.
En este sentido, como presidente de la Comisión de Relaciones Internacionales y Comercio Exterior de la Asamblea Legislativa, debo manifestar mi satisfacción porque este órgano parlamentario recientemente dictaminó un proyecto que vendría a eliminar el requisito de la consularización de documentos.
Se trata de la Adhesión de la Convención para eliminar del requisito de legalizar los documentos públicos extranjeros.
El procedimiento será sustituido por uno más ágil denominado internacionalmente como la “Apostilla”.
Éste, sin duda, es un paso importante en la dirección correcta.
Es un paso hacia la eliminación de requisitos innecesarios y absurdos que, al final, terminan siendo un obstáculo para la inversión y el crecimiento, así como un entrabamiento para los ciudadanos.
La “Apostilla” se utiliza en 97 países alrededor del mundo y ha probado su eficacia en disminuir los trámites por casi 50 años.
Sólo nosotros, como país, nos hemos quedado atrás.
La “Apostilla” es un sello especial, con su propio consecutivo y registro.
En el sistema vigente, el documento debe pasar por varias instituciones en su país de origen y luego ser enviado al consulado de Costa Rica más cercano y finalmente hacer lo propio localmente.
Lo mismo debe realizarse con los documentos locales que deban ser presentados en el exterior.
Costa Rica debe apuntar hacia la simplificación de trámites que permitan tanto al nacional como al extranjero realizar esos trámites y darles seguimiento en el menor tiempo posible y con un costo razonable.
Tenemos un rezago importante, pero con voluntad política podemos avanzar.
En definitiva, la adhesión a la Convención de la “Apostilla” es una señal en la dirección correcta.
La “Apostilla” es un ejemplo de hacia donde debemos caminar…hacia la eliminación de tanto procedimiento burocrático y engorroso que bloquea el camino al desarrollo.
Sin duda, un paso adelante en un largo camino.
COMENTARIO DEL DIPUTADO FRANCISCO CHACÓN
Costa Rica se ha consolidado como un país especial para la atracción de la inversión extranjera.
Debemos sentirnos entusiasmados de que empresas de todo el mundo pongan su mirada en un país que ha decidido competir y lo ha hecho de buena manera.
Sin embargo, es notorio que tenemos un saldo pendiente, en cuanto a la larga y tortuosa tramitonomía.
El país debe enrumbarse hacia una simplificación y agilización de trámites, que haga más eficiente el aparato estatal y le permita a las empresas y a las personas obtener respuesta a sus solicitudes en el menor tiempo posible.
En este sentido, como presidente de la Comisión de Relaciones Internacionales y Comercio Exterior de la Asamblea Legislativa, debo manifestar mi satisfacción porque este órgano parlamentario recientemente dictaminó un proyecto que vendría a eliminar el requisito de la consularización de documentos.
Se trata de la Adhesión de la Convención para eliminar del requisito de legalizar los documentos públicos extranjeros.
El procedimiento será sustituido por uno más ágil denominado internacionalmente como la “Apostilla”.
Éste, sin duda, es un paso importante en la dirección correcta.
Es un paso hacia la eliminación de requisitos innecesarios y absurdos que, al final, terminan siendo un obstáculo para la inversión y el crecimiento, así como un entrabamiento para los ciudadanos.
La “Apostilla” se utiliza en 97 países alrededor del mundo y ha probado su eficacia en disminuir los trámites por casi 50 años.
Sólo nosotros, como país, nos hemos quedado atrás.
La “Apostilla” es un sello especial, con su propio consecutivo y registro.
En el sistema vigente, el documento debe pasar por varias instituciones en su país de origen y luego ser enviado al consulado de Costa Rica más cercano y finalmente hacer lo propio localmente.
Lo mismo debe realizarse con los documentos locales que deban ser presentados en el exterior.
Costa Rica debe apuntar hacia la simplificación de trámites que permitan tanto al nacional como al extranjero realizar esos trámites y darles seguimiento en el menor tiempo posible y con un costo razonable.
Tenemos un rezago importante, pero con voluntad política podemos avanzar.
En definitiva, la adhesión a la Convención de la “Apostilla” es una señal en la dirección correcta.
La “Apostilla” es un ejemplo de hacia donde debemos caminar…hacia la eliminación de tanto procedimiento burocrático y engorroso que bloquea el camino al desarrollo.
Sin duda, un paso adelante en un largo camino.
COMENTARIO DEL DIPUTADO FRANCISCO CHACÓN