Y es que realmente se puede señalar, al estilo de la destacada intelectual costarricense doña Estrella Cartín de Güier, “que la vida es una cuando leemos y otra cuando se nos priva de hacerlo. Nuestra existencia sin la lectura, sin el libro, pierde vuelo, y queda reducida a vanas circunstancias". En efecto, en este mundo de una agobiante presencia de lo superficial y lo mediocre, considero que, más que nunca, los libros se transforman en una herramienta fundamental para el desarrollo cultural, social y, ante todo, espiritual de los pueblos.
Por lo menos para quienes escribimos el libro es el medio mediante el cual podemos aportar ideas y sentimientos más libremente; nos permite conectarnos con nuestra parte intelectual y creativa; nos facilita proponer el análisis o el debate sobre diversos temas; nos permite vivir, sentir y soñar plenamente y, de alguna manera, nos ayuda a iluminar el alma y la mente de quienes nos han brindado el honor de ser nuestros lectores.
Y, precisamente, para quienes son lectores, el libro nos puede brindar múltiples beneficios, por ejemplo, ayuda a desarrollar la imaginación; agilizar la mente; aumentar el vocabulario; brindar patrones de sueño saludable; desarrollar mayores niveles de empatía; es un entretenimiento relativamente barato; ayuda a reducir el estrés y aumenta nuestro desarrollo emocional. Además, por si fuera poco, se debe tener bien claro que la importancia de un libro está directamente relacionada con el desarrollo material, social y espiritual de la cultura.
En este sentido, ciertamente, los libros son la diferencia entre la barbarie y el saber; entre la luz y la sombra; entre la esperanza y la desesperanza; entre el retroceso y la evolución…, porque la mayor parte de los libros siempre, de alguna manera, nos hace mejores humanos.
Ahora bien, lamentablemente no se puede negar el hecho de que, pese al reconocimiento de los libros como un camino idóneo para el conocimiento y la libertad, algunas personas siguen mostrando cierta apatía por los libros y su respectiva lectura.
Por eso, hay que aprender a ser amigos del libro, ¿qué quiero decir con esto?..., que debemos aprender a comprenderlo, oírlo, sentirlo, degustarlo, olerlo, acariciarlo vivirlo y amarlo… Sea entonces, esta actividad de celebración del Día Internacional del Libro y el Idioma Español un especial pretexto para rendirle un verdadero y sentido homenaje a esa literatura que, diariamente, empapa la historia de la humanidad.
Cada 23 de abril se conmemora un acontecimiento vital para los amantes de las letras como lo es el Día del libro y del idioma español, fecha que, valga recordar, fue la escogida por la Conferencia General de la UNESCO porque ese día fallecieron Shakespeare y Miguel de Cervantes.