La entrevista realizada por colegas de La Nación al señor Walter Reiche Fischel, exgerente de la corporación Fischel, publicada en la revista Forja, de La Nación, el pasado domingo 6 de diciembre, debiera ser cuidadosamente leída por todos nosotros, independientemente de que estemos o no de acuerdo con el nombramiento que ese mismo medio hizo de don Walter como personaje del año 2009.
Se trata de una pieza que desnuda ese mundo de relaciones político-empresariales del que todos sabemos que existe, del que todos día a día pagamos las consecuencias; ese que muchos denuncian, unos de buena fe y otros por pura envidia, pero del que tan poco sabemos y del que muy pocas veces escuchamos el testimonio de un actor de primera línea; ese mundo de ajetreo, de ambición y corruptela, de traiciones y lealtades entre algunos de sus actores, y de traición de todos ellos hacia una sociedad ante la que insisten en presentarse, no solo como inocentes corderos, sino hasta como pastores.
De entre la gente decente, el lector desinformado e ingenuo en política, seguramente sentirá náuseas ante algunos de los pasajes de la entrevista; algunos un poquillo más enterados de la realidad nacional no podrán evitar sentir repugnancia y asco al corroborar la clase de gente de la que anteriormente solo sospechaba capaz de ciertas acciones; y todos van a sentir una gran angustia y una gran preocupación acerca de por donde han caminado algunos asuntos de la política nacional y sobre todo acerca de por donde podrían seguir caminando.
Los corruptos por su parte se enterarán de viva voz de cómo la sociedad costarricense ha creado mecanismos que de alguna manera cercenan su capacidad de maniobra para hacer de las suyas a costa del erario público.
Los empresarios y políticos honestos encontrarán un testimonio que ratifica todas las bondades que deparan la rectitud, la honradez, y el trabajo como instrumento único en la construcción del bienestar personal y social. Y los electores tendrán un recordatorio de cómo ven la política algunos que han vivido y pretenden seguir viviendo de ella, para que se tenga en cuenta el próximo primer domingo de febrero.
Los candidatos a puestos públicos, desde síndicos hasta la presidencia de la República, verán con claridad en lo que terminan quienes se dejan seducir por el engaño, la mezquindad y la ambición, como herramientas para alcanzar el poder y aprovecharse de él.
Y los ciudadanos en general, encontraremos en esa entrevista una importante fuente de conocimiento que nos alerta acerca de nuestra responsabilidad de ver la realidad con ojos críticos, de manera que podamos descubrir a tiempo los nexos entre todos esos detestables personajes que al amparo de oscuras relaciones político-empresariales buscan satisfacer sus anhelos de riqueza y poder a costa del bienestar general y no pocas veces, en nombre suyo.
Finalmente, como seres humanos, hallaremos también una muy oportuna lección.
En fin, hay que leer esa entrevista.