Sin pecar de pesimista, creo que el año que recién empieza, además de traernos un destructivo terremoto, con decenas de muertos y daños, materiales y, sobre todo, ecológicos, inmensos, también viene con importantes variables que no vivimos desde hace muchos años, como la aguda crisis económica mundial, que inició en Estados Unidos y no sabemos dónde ni cuándo terminará.
Por otro lado este es un año electoral y el inicio del final de un gobierno; ambos hechos deben llevarnos a la reflexión pues, unido a los dos hechos citados arriba, hará que sea aún más difícil de enfrentar.
Las elecciones nacionales marcará el derrotero de asuntos vitales para el país, como el económico y el de seguridad pública; ambos, cada vez peor, a pesar de los esfuerzos gubernamentales que se han puesto en marcha.
Por otro lado y por dicha, el país inicia con el pie derecho, gracias a la visión, clara y patriota, que se tuvo al contar con un instrumento comercial de la envergadura del TLC con Estados Unidos y otras naciones, que mitigará, en mucho, el desastre económico mundial y los efectos del devastador terremoto del 8 de enero.
En cuanto a la actitud de algunos costarricenses, muy dados en hablar por hablar (¡paja!) sería de más utilidad que éstos, tan acostumbrados a no tomar posición claramente patriótica respecto de temas de trascendencia nacional, dejaran de lado tan cómoda postura.
Lo lamentable es que, a hurtadillas, éstos mismos pretenden fácilmente descalificar a quienes sí tomamos partido, con la seriedad y madurez que debemos tener en todos en estos asuntos.
Más parece que les resulta más fácil, además de no hacer saber su posición, con planteamientos objetivos y constructivos, que nadie opine, más si ésta es contraria a sus intereses. ¡Qué lástima!
De ahí que, dado los problemas que se avecinan, con lo sucedido hasta ahora, todos los costarricenses, absolutamente todos, debemos hacer como los gansos:
1. “…Que aprendamos a ir en una misma dirección y aprovechar las sinergias que genera un trabajo en equipo, que lo hará más rápido y se logrará fácilmente su meta, porque viajan con el apoyo y empuje de todos.
2. Que nos turnemos para hacer las tareas difíciles. Las personas somos interdependientes de las habilidades y capacidades que cada uno posee; debemos dar nuestro apoyo a los que van delante. En los grupos donde hay mucho apoyo y aliento, en vez de grandes discrepancias, alentamos la esencia del otro; y por tanto, el corazón del otro”
Aprendamos del ganso, no seamos como el avestruz, que mete su cabeza en un agujero, pues sería como si el ganso se saliera de la formación: inmediatamente sentiría el peso y la resistencia de tratar de volar solo. Por ello rápidamente vuelve al grupo para poder beneficiarse de la capacidad de alzamiento del ave que lo precede.
Y si el ganso líder se cansa, rotará el puesto, yendo hasta la cola de la formación y otro ganso se pone a la cabeza de la misma.
Y por último, pero no menos importante: todos los gansos de la formación graznan muy fuerte durante el vuelo, alentando al que va delante para que mantengan la velocidad.
Por ello, seamos buenos gansos, en estos difíciles momentos por el que pasa el mundo y específicamente Costa Rica. El viento soplará a nuestro favor si unimos fuerzas hacia la meta.