Estamos a un paso de consolidar la oportunidad del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, y también estamos a un paso de perder esta oportunidad. Hemos sufrido por la falta de prontitud en la aprobación de las leyes complementarias. Hemos estado en la cuerda floja en muchas oportunidades.
En nuestra Asamblea Legislativa reina la lentitud.
La decisión la tienen los diputados. Una nueva consulta a la Sala Constitucional sobre este proyecto, que ya fue consultado, sería irresponsable, porque no se puede ignorar los plazos disponibles ni los compromisos adquiridos, ni la envergadura de los riesgos asociados a un nuevo incumplimiento de prórrogas.
Cualquier nueva consulta ahora, por lo tanto, no puede interpretarse sino como una medida dilatoria e inoportuna que buscaría un nuevo incumplimiento. Todo esto es inaceptable dado el mandato del referéndum del 7 de octubre del 2007.
Negarse a los resultados del referéndum es negar el valor de la democracia. Los partidos han aceptado el juego de la democracia. En la democracia hay que aprender a ganar y aprender a perder. Los diputados deben actuar en ese sentido.
Es como jugar un partido de fútbol, perder 3 a 2, y pasar varias semanas apelando el resultado. Eso no se vale.
Pagamos un alto costo y la cuenta sigue creciendo. Las empresas han visto pasar oportunidades por delante de sus ojos sin poder aprovecharlas. Las grandes corporaciones prefieren invertir en mercados que no tengan esta incertidumbre, esta zozobra generada por la ausencia de definición pronta ante un tema en el que el pueblo ya se pronunció, aunque a algunos les moleste el resultado.
En medio de una crisis financiera internacional, todo esto adquiere mayor importancia para la estabilidad económica de Costa Rica.
El alto costo lo pagamos todos, como país. Dejar pasar el tiempo en consultas es acrecentar ese costo, y manejar con imprudencia los plazos disponibles puede resultar en un precio insostenible e irreversible para el país.
Con todo respeto, señores diputados, señoras diputadas, apuren la aprobación del proyecto 12 para que el TLC con Estados Unidos pase a la historia y el país pueda dedicarse a pensar en otros temas que nos urgen. Demuestren, que no los maneja la lentitud, que no los gobierna el palanganeo.