Al analizar la situación del Estado Costarricense, donde este da muy pocas respuestas efectivas a las crecientes demandas de la ciudadanía, hay que buscar la razón de por qué las cosas no mejoran, aun cuando cambien los gobiernos. Ante esta realidad de no respuesta estatal, la gente ya no solo no espera, sino que desde hace un tiempo, ante la inacción de las autoridades constituidas, está exigiendo por las vías de hecho.
Debemos preguntarnos ¿Por qué razón cada día hay más problemas y menos soluciones efectivas? La respuesta fácil de la clase política tradicional es aseverar, simplemente, que el modelo político y de desarrollo seguido por el país está agotado.
Ese argumento pareciera decir mucho pero a la postre no dice nada pues, por años, hemos oído esa misma cantaleta a los diferentes candidatos a puestos de elección popular y cuando son elegidos y sus periodos concluyen, el país sigue igual o peor de lo que estaba, que cuando asumieron sus responsabilidades políticas.
En los años 70s, se dio la primer campanada sobre la seria amenaza que representa el petróleo para la economía mundial pero muy especialmente para las naciones del Tercer Mundo, donde por supuesto nuestro país, está muy lejos de ser la excepción. Si de aquella época a la actual, hubiéramos tenido una clase política verdaderamente visionaria, que se hubiera planteado, inteligentemente, la necesidad de buscar alternativas energéticas, sino totales por lo menos parciales, apoyándose para eso en las universidades estatales, hoy el panorama sería, sin la menor duda, muy distinto.
Pero nada de eso hizo la clase política tradicional, con la excepción de la Administración Oduber Quirós, que inició el experimento de mezclar etanol con gasolina, siguiendo así tímidamente los pasos de Brasil en esa área. Digo experimento porque en aquellos años, realmente, era eso. Sin embargo, Brasil se mantuvo en esa línea, la cual no abandonó, aun cuando descubrió petróleo en su lecho marino.
Pero en cambio veamos lo que se hizo en Costa Rica, el programa del etanol se inició casi al final de la Administración Oduber Quirós pero se podría decir que era una iniciativa integral con visión de futuro, la cual hasta financió y construyó una planta, en Guanacaste, para procesar la caña de azúcar y así obtener etanol de ella.
La planta física se concluyó en la gestión del presidente Carazo, quien en el mismo acto de su inauguración, ante los desconcertados invitados, la clausuró, incluido el señor Embajador del Brasil pues este país había dado asistencia técnica al proyecto.
Ese acto marcó el inicio de una etapa nefasta y hasta si se quiere suicida, donde todas las Administraciones que siguieron, simplemente, como los precios del petróleo bajaron, no hicieron absolutamente nada más que guardar en un oscuro cajón la idea de producir, en nuestro país, combustibles de origen vegetal. Condenándonos así a tener que vivir, sin opciones, más que las acostumbradas propuestas parches, la actual crisis energética que amenaza con hundirnos en un caos económico y social.
Por eso hay que decirlo claro, no solo el actual modelo económico y político está agotado, sino que esa clase política tradicional que nos ha gobernado, también está bien agotada, carente de ideas y de visión de futuro, con dignas pero muy contadas excepciones, sus integrantes no ven más allá de sus narices, sus gestiones se limitaron solo a los cuatros años de sus cargos, los cuales se caracterizaron más por mantener la burra que por propuestas inteligentes e integrales, con visión de futuro para beneficio del pueblo y para que Costa Rica sea una Patria cada vez mejor.