La realidad que aqueja actualmente al gobierno es que no está en capacidad de brindarles seguridad y oportunidades a sus ciudadanos. Hemos confiado siempre que el próximo gobierno de turno lo haga mejor que el anterior, pero nos damos cuenta que la cultura política de los gobiernos ha descuidado la prioritaria responsabilidad de proteger a los ciudadanos civiles y garantizar el Estado de Derecho. Esto nos muestra que mientras el gobierno no pueda garantizar la seguridad, le es imposible ejercer su autoridad legítima. A pesar de eso, hay que evitar rendirse a la idea de que la seguridad no tiene solución.
El gobierno debe definir claramente las políticas de prevención y las de represión. La manera más eficaz para ejecutar la prevención, no es solo la presencia policial, muchas veces se endosa todo lo relativo a la seguridad a la policía nacional o se deposita sobre unas cuantas iniciativas o liderazgos. Un sistema de Seguridad Ciudadana que no se sostenga en una institucionalidad democrática fuerte y enraizada corre el peligro de no ser sostenible.
La inteligencia para la investigación criminal que permita trabajar sostenidamente sobre las distintas redes del delito, es imperante. No hay duda que son necesarios más recursos, el gobierno debe definir un plan y efectuar la asignación presupuestaria correspondiente, suministrando los recursos que hacen falta, y que representan entre cuatro y cinco veces más que los actuales. El gobierno debe definir un plan e incluir mejores salarios y seguros de vida para quienes tienen bajo su cargo la Seguridad Ciudadana. Uno de los problemas más serios es la violencia que se da en el seno familiar. Disputas que terminan resolviéndose con muertes.
Las drogas han traído mucha sangre en nuestro país. No se puede trabajar eficazmente contra las drogas si no se hace sobre el tráfico. Es preciso un trato diferente: el consumidor es un enfermo y puede volverse delincuente, robando y hasta matando para obtener la droga. Se le demanda eficacia a la policía, y ésta tiende a hacerlo sobre los consumidores y no sobre los distribuidores y traficantes.
Cómo poder vivir en un país que arroja estadísticas escalofriantes, al sólo pensar que en cualquier momento alguien de nuestra familia pueda ser lesionado, a veces dentro de la propia casa? El 21% de hogares --nos dice UNIMER—sufrió por el hampa en el último año. El 13% de los ciudadanos fueron víctimas de delitos personales en el último año.. Uno de cada cinco costarricenses tiene algún miembro de su hogar que ha sido víctima de los delincuentes una o más veces en el último año.
La Seguridad Ciudadana tiene como objeto la protección de los seres humanos dentro del marco jurisdiccional de un Estado. En términos de obligaciones, podemos decir que el Estado debe proteger la integridad, libertad, libre circulación y propiedad de las personas. Dicha Seguridad se dirige a la defensa del ciudadano ante la criminalidad, ante la corrupción y otras formas de actuaciones asociales que puedan impedir o dificultar su normal desarrollo y disfrute de los derechos fundamentales.
Deseo aprovechar la oportunidad para augurarle a la nueva Ministra de Seguridad, Janina del Vecchio una gestión llena de éxito y una calurosa felicitación por la valentía de aceptar ese reto tan difícil. Criticar es muy fácil, pero construir y dar una respuesta con decisiones inmediatas a la demanda que todos le hacemos por devolvernos la paz y la seguridad en este país, que ostenta tan alto grado de criminalidad, es una tarea sumamente difícil. Necesitamos decisiones inmediatas y con mucha firmeza. Como educadora y como mujer tiene toda mi confianza, y espero que ella pueda demostrarle al país, que la Seguridad Ciudadana, sí tiene solución. No solo los varones pueden hacer bien las cosas, las mujeres también.