Muy especialmente para las pequeñas y medianas empresas, la imagen constituye hoy más que nunca una importante herramienta para impulsar su crecimiento y su desarrollo. Por ello, entre más planificada sea su estrategia de imagen, mayor será el impacto provocado en su mercado objetivo, puesto que de la imagen de la empresa dependen, entre otros aspectos fundamentales, la solidez, la reputación y el prestigio, aspectos vitales tanto desde la perspectiva de la competencia como de la confianza de los consumidores .
Algunas veces hemos escuchado a los expertos decir que gran parte de los pequeños y medianos empresarios piensan que una buena imagen es sólo para las grandes compañías, que tienen los recursos necesarios para una gran proyección empresarial. Pero, nada más alejado de la realidad resulta esta afirmación o percepción, ya que las Pymes también necesitan proyectar profesionalismo, ser competitivas y comunicar confianza al cliente a través de su imagen.
Por experiencia profesional, pero también en mi posición de consumidor, he visto como algunas de las pequeñas empresas en Costa Rica no tienen la menor idea acerca de la importancia de mejorar su imagen. Muchas veces, los negocios no tienen visible su nombre comercial, los empleados no conocen las mínimas normas de cortesía, los exteriores del negocio se hallan deteriorados y, peor aún, internamente no existe el menor orden en la colocación de los productos, que muchas veces tampoco tienen visibles sus precios.
Si una empresa no se preocupa por su imagen, difícilmente tendrá éxito en el ámbito de la competencia, dado que no logrará obtener la confianza de los consumidores. En consecuencia, la imagen, antes que algo superficial, es una poderosa arma que toda empresa en el mundo entero debe aprender a explotar, y en el caso particular de las Pymes, es igualmente fundamental que lo hagan, definiendo, a la vez, su misión, es decir hacia dónde van y por qué existen. Con la gran ventaja de que cuentan hoy día con varias agencias, públicas y privadas, que asesoran sobre este y otros temas.
En ese sentido, los profesionales en el diseño de la imagen de marca coinciden en que tener clara la filosofía de la empresa, su esencia y los valores que la mueven son tres pilares fundamentales para no desaparecer y posicionarse fuertemente en el mercado. No en vano, nuestra insistencia para que los pequeños y medianos empresarios de nuestro país se acerquen a los expertos en imagen, quienes ayudarán a desarrollar una imagen poderosa e impactante y a construir una sólida reputación y prestigio a través de diversos y efectivos servicios de consultoría en imagen para su empresa. Recordemos que la estrategia de imagen más costosa es la que no se hace.
En el proceso por construir una buena imagen empresarial, lo importante no es imitar a las grandes compañías, sino saber diferenciarse correctamente, para eso sirve la imagen. La gran interrogante es por dónde empezar, bueno, el primer paso para funcionar como una gran empresa, sin importar el tamaño del negocio, es crear una marca que genere confianza. Cuando eso no pasa, se minimiza la competitividad, ya que para alcanzar el éxito es esencial tener – entre otros aspectos esenciales - una marca sólida, cultura organizacional, misión definida y valores que rijan a la empresa. En otras palabras, si deseas funcionar como una gran compañía, lo primero que debes hacer es pensar como una.
La competencia de las empresas no debe pensarse solamente en precios, aunque, sin duda, esto es elemental. Desde el punto de vista del comportamiento de los consumidores existen otros aspectos importantes que deben mejorar y fortalecer las empresas, tales como el nombre del negocio, la comunicación sistemática de la empresa con el consumidor, el respeto y la cordialidad de los empleados hacia sus clientes, el buzón de sugerencias, el mejoramiento de la infraestructura, la correcta colocación de los productos con absoluta identificación de precios y el cumplimiento de sus obligaciones y de los derechos del consumidor.