Vivimos tiempos turbulentos. El contexto mundial nos enfrenta a múltiples retos para los cuáles Costa Rica debe prepararse. Los elevados precios de los alimentos – en enero y marzo la FAO anunció el incremento del precio del trigo en un 500% y del arroz en un 80%, situación que no sucedía hace 30 años-, los altos costos del petróleo y la consecuente búsqueda de fuentes de energía alternativa, la inestabilidad del dólar y la crisis financiera en Estados Unidos; esto aunado a los desafíos internos: la inflación desproporcionada, la inestabilidad de las bandas cambiarias que ocasiona cambios bruscos en el tipo de cambio; el comportamiento de las tasas de interés; son algunas de las situaciones que despiertan incertidumbre mundial y nacional, ocasionando un presión adicional a los gobiernos por reacciones rápidas y efectivas.
Estos desafíos conciernen también al Solidarismo como agrupación laboral. Ante la situación actual, los cambios son inevitables, evolucionar hacia nuevos servicios, inversiones y el fortalecimiento de programas de foco social que brinden apoyo a los grupos más afectados es un imperativo para la organización.
La solidaridad como valor que constituye la razón de ser del movimiento debe prevalecer hoy con más fuerza. Estas perspectivas económicas negativas se traducen en mayor dificultad para que las familias solidaristas ahorren, para que puedan acceder a crédito, para que garanticen la educación de sus hijos y, en general, para alcanzar sus metas. Es por eso que en esta coyuntura, el Solidarismo debe responder el llamado de sus asociados y generar oportunidades para los solidaristas, contribuyendo simultáneamente al bienestar del país.
¿Cómo puedo hacerlo? A través de la diversificación de ingresos, con capacitación de sus asociados y de sus Juntas Directivas, una visión a futuro; buscar opciones de inversión en rubros que cumplan una doble función, la social y la económica y que aseguren la estabilidad del patrimonio de los trabajadores. Las alianzas y las redes de negocios son opciones en las que se puede incursionar.
Además de estos factores, otro tema que siempre es una tarea para el sector, es una verdadera unificación y una concientización de nuestra filosofía en todo el país e incluso más allá de Costa Rica.
Lograr que esos 425,000 trabajadores que nos conforman vivan los valores y ampliar la cantidad de solidaristas en el país y más allá, es una prioridad para el solidarismo. La cohesión del sector es una labor que no debemos olvidar. Son esos valores, aplicados a la realidad actual, los que permitirán la conservación del Solidarismo y su expansión hacia lo que queremos se convierta: una fuerza laboral e ideológica que no sólo reúne y representa a la mayor cantidad de trabajadores en el país, si no que se ajusta a las necesidades de sus miembros, les brinda soluciones viables para enfrentar las dificultades de la economía, los educa y les permite salir adelante en un mundo que exige la evolución y la sofisticación para sobrevivir.
22,000 soluciones de vivienda para nuestros asociados y sus familias, sólo en el año 2007, demuestran que SÍ podemos.