Lunes, 05 Enero 2009 18:00

El dogmatismo y el conocimiento son incompatibles

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En la globalizada economía, analfabeta es quién no tenga la capacidad de desaprender y volver a aprender. Sin duda,  esta es una verdad innegable y no poder hacerlo es el principal mal que afecta a grandes grupos de profesionales, con todo y sus  maestrías, doctorados y vasta experiencia profesional pues se equivocan, un día sí y el otro también, a la hora de explicar la problemática vigente en Economía mundial. Esto porque sus herramientas de diagnóstico son inadecuadas e insuficientes, ya que fueron elaboradas para explicar los fenómenos económicos, sociales y políticos del modelo Industrial.

El precio del petróleo tiene un alza vertiginosa e histórica pero de igual forma se desploma. Son hechos inexplicables bajo la óptica y teorías tradicionales. Estas variaciones del precio no se dieron por los efectos de las leyes de oferta y demanda, sino por la acción especulativa de terceros que, primero, decidieron invertir sus capitales en compras anticipadas de petróleo pero a raíz de la falta de liquidez en sus economías, se vieron obligados a vender sus derechos de compra anticipada.  
 
Alvin Toffler en sus libros, publicados a finales de 1969 y principios de 1970, prácticamente, vaticina el descalabro del Capitalismo como pilar de la economía mundial, nacido este del Industrialismo pero igual lo hizo con el Comunismo pues afirma que ambos son caras de una misma moneda. Ambos se nutren de los mercados y de sus leyes de oferta y demanda. La única diferencia entre ellos, afirmaba Toffler, está solo en ¿Quién es el dueño de los medios de producción?

Otros hechos históricos que también sorprendieron a todos los expertos tradicionales, fueron la caída del Muro de Berlín, la renuncia forzada de Richard Nixon, la desaparición de la Unión Soviética como potencia de primer orden. Recientemente el desplome del sistema financiero, primero, en Estados Unidos pero luego se irradió a las economías de los otros países desarrollados, convirtiéndose en un problema financiero Global.

Hace 25 años, por más anticomunista que fuera, nadie se hubiera atrevido a vaticinar el desmoronamiento de la Unión Soviética y la desaparición del Bloque de la Europa Oriental, menos aún, sin que se disparara un solo tiro. Tampoco nadie hubiera vaticinado, excepto Toffler, que se pudiera dar un acto de terrorismo en los Estados Unidos, realizado por un ciudadano blanco de ese país, recordemos lo sucedido, hace unos pocos años, en Oklahoma. Pero tampoco nadie hubiera sido capaz de afirmar, cuando Martin Luther King caía abatido por balas asesinas, que un afroamericano llegaría a ser Presidente de los Estados Unidos, a principios del siglo XXI.

Es evidente que el Mundo está pariendo una nueva forma de organización económica, social y política, los hechos de la historia reciente, sin temor a equivocarme, le están dando la razón a quienes, como Alvin Toffler, lo vienen afirmando hace años. También es evidente que se necesitarán mentes muy abiertas y dispuestas a dejar de lado todo lo aprendido y conocido, hasta ahora, para superar los viejos paradigmas y aprender los nuevos, esos que imparablemente se están imponiendo en el mundo.

Solo así se podrán proponer estrategias y políticas que tengan alguna oportunidad de llegar a ser, realmente, efectivas para entender y explicar las causas de las realidades económicas, sociales y políticas emergentes y para paladear sus efectos en la vida de las personas y en la sociedad. Por eso el dogmatismo y el conocimiento son incompatibles.