El arte es una de las formas más evolucionadas y sensibles del lenguaje y expresión cultural, razón por la cual se debe rescatar el esfuerzo que hacen los grupos independientes de nuestro país por crear espacios donde los artistas así  como admiradores dejan fluir sus emociones alrededor de la música, poesía, danza y muchos otros matices del arte.
 
 Es así como desde inicios de este año se dan festivales artísticos culturales como fue el llamada Alegría el cual se celebró en playa Sámara.  Y al igual que su nombre transcurrió con alegría sin perder de vista los aportes educativos implícitos en el mismo.

 Contar con  pocos recursos económicos no representó un obstáculo para las y los organizadores, gracias a los aportes que brindó el comercio y empresas de turismo local, favoreciendo así la participación de grupos nacionales influyentes como el caso de Mal País.

 Con su música y letra  es posible hacer análisis sobre las raíces guanacastecas en especial de Nicoya, un pueblo por excelencia lleno de anhelos  y nostalgias, orgulloso de su identidad  Chorotega.

 Reunirse en el escenario de arena y espuma promete a las y los guanacastecos no olvidar quienes somos y de dónde venimos.

 Se trata de una hermandad que debe prevalecer como un acto de honor a los antepasados que lucharon tanto por sus tradiciones y conocimientos.

 Ojalá que en todos los pueblos de Costa Rica el arte sea primero que la violencia porque gracias al arte se rescata la identidad humana, responsabilidad, eficiencia, fomenta el desarrollo de las manifestaciones culturales diversas, recuperación de las tradiciones, preservación del patrimonio cultural, avance comunal y organización social, que fortalecen la cultura como eje del desarrollo nacional.

  Ojalá que nunca nos olvidemos de seguir creando festivales y momentos para el arte y la cultura.