Hay muchísima preocupación por lo que está sucediendo hoy: masacre callejera, sin asco de nadie ni de nada. Nos matamos en las calles con un arma tan potente como el carro; matan a nuestros hijos por una bagatela, sea un celular o unas tenis… Entran a nuestro sagrado recinto privado y antes de robar, violan, matan y hacen añicos la vida de muchos que sólo deseaban vivir en paz…
Ya no hay lugar seguro donde refugiarnos; no hay murallas, tapias, alambres de navajas o eléctricas; no hay obstáculo para que los malhechores –que son legiones- desistan de atacar.
Hay, en todo lugar, un alto grado de impotencia para repeler la ola de vandalismo que azota al país por lo que sólo queda pegar el grito al cielo porque se tomen medidas efectivas, ante tal calamidad pública que aterroriza y causa angustia y desolación colectiva que sólo lleva angustia a los ticos.
¿Cómo consolar a una madre a quien le mataron, por un pinche celular, a su joven hijo? ¿Qué se puede hacer ante tan doloroso hecho?. Sólo se escucha el lamento y rabia de un pueblo contra quienes llevan el luto a sus hogares.
El sólo atreverse a determinar cuál o cuáles son las causas de esta inseguridad es una tarea titánica pero hay que hacerla, cuanto antes, dejando de pegar parches aquí y allá. ¿Qué causa la inseguridad ciudadana?: ¿la pobreza?, ¿las drogas?, ¿un “sistema judicial atrofiado?, ¿la vagancia?, ¿la falta de autoridad? Y así un habrá un largo etcétera pero la tarea se impone.
El problema es que todo se va en lindos discursos, proyectos de ley; tirar, a puños, la plata de todos, por puro populismo para ver si se da con la causa en la pobreza o en la falta de educación. De todo se intenta pero hay que ser realista: sin un abordaje integral jamás se bajarán los niveles de la inseguridad ciudadana, que, por cierto, no es un asunto de percepción; es una realidad que golpea y mata.
De seguro el tema estrella en las próximas elecciones será éste y quien haga eco del clamor ciudadano, será, sin duda, el que gane las elecciones nacionales. …pero sus proyectos serán “flor de un día” sin la “integración” en la solución. ¿Más cárceles?, ¿ penas altas?, ¿prisión preventiva “genérica”?, entre otras fuertes “medidas”. No sabemos y pasara un largo tiempo para saberlo, si es que alguien logra llegarle a la “solución definitiva”.
Lo que si es cierto es que, hoy, hay pocos casos de hogares donde no haya habido, AÚN, un hecho de sangre, que, tampoco, diferencia por estratos sociales.
Y aunque Costa Rica todavía no tiene, sino por “asomos”• el problema de las “maras”, todos los días las pantallas de la TV, el dial de las radios y las planas de los periódicos salpican sangre y eso hay que ponerle atención, con la seriedad que amerita para la recuperar la paz ciudadana.