Jueves, 05 Marzo 2009 18:00

Cansada de escuchar la palabra crisis

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En estos primeros días del 2009 y ya trayendo en la cola el 2008, como si fuese una marca publicitaria nueva y novedosa traemos en nuestro día a día la palabra CRISIS, cada mañana que camino hacia mi trabajo y cuando vengo de él se escucha el murmurar el pueblo con angustia ante tal desgracia. Pero así se sigue despilfarrando el dinerito es cosas inútiles. Por lo tanto yo me pregunto ¿Será que esta crisis no es tan critica?

Y cada día me convenzo más que mi ideología no esta tan lejos de la realidad; sigo viendo en la televisión y escuchando por la radio ofertas jugosas de préstamos, tarjetas de crédito, financiamientos de vehículos y casas. Cualquier Mall o Plaza Comercial esta siempre llena de compradores y comensales sea o no la esperada quincenita de pago.

Por un lado nos bombardean con medidas de cautela y prevención y por otro nos ofrecen cualquier servicio y oferta nueva en el mercado, los lugares preferidos por algunos como bares y centros de recreación continúan atestados, las tiendas en cada ocasión especial no le dejan cabida ni a un alfiler. Y para rematar el gobierno nos presenta el comentado “Plan Escudo” que es una socada de faja que se tuvo que hacer hace muchos años como por ejemplo los benditos gastos de “representación” de nuestros hambrientos funcionarios públicos. Que cada vez se ponen más gorditos y una Costa Rica más pobre.

Entonces visto de esta forma tenemos años de estar en crisis. Los costarricenses clamamos por gobiernos más centrados que salgan a trabajar a los pueblos y no que se sienten a pensar en planes milagrosos, rogamos por una asamblea legislativa más madura que se deje de andar haciendo bochinches entre partidos políticos y que se pongan a trabajar en Pro de nuestra querida Patria para que la situación financiera de Costa Rica mejore.

Por lo antes expresado es que estamos los ticos cansados de escuchar la palabra Crisis y como no vamos a estarlo, si tenemos muchos años de no conocer un gobierno que luche por borrar la palabra crisis y que siembre la palabra esperanza.