Con fecha del 1 de octubre del año en curso se han dado a conocer las orientaciones de nuestra Conferencia Episcopal de cara al proceso electoral 2009-2010, tituladas Caminos hacia una auténtica democracia. Se trata de un breve documento de 25 páginas y seis partes incluyendo la introducción y la conclusión.
Este texto arranca reconociendo a la política su necesidad y bondades y, a la par de hacerlo, recuerda el deber que tiene la Iglesia de ofrecer pistas ética desde su perspectiva –experta toda ella en humanidad- de cara a todo ciudadano de buena voluntad que desee tomarlas en cuenta, a sabiendas de que se trata de un marco social que, como el nuestro, es sana y profundamente plural y democrática.
Más tarde, los obispos costarricenses manifiestan su preocupación por el nivel de la campaña política e invitan a cambios radicales para mejorar el tono y el contenido de la misma. Incluso, sugieren la suscripción de un pacto ético-electoral acordado por los dirigentes de los partidos que se presentan al electorado y que implicaría: buenos debates, ausencia de toda forma de violencia o manipulación, difusión adecuada de los programas de gobierno propuestos y una vigilancia cuidadosa de cara a la procedencia de las donaciones para los gastos de la campaña.
La segunda parte del mensaje episcopal se cierra con un llamado a los comunicadores para que sirvan, como lo acostumbran, a la verdad, además, que se use bien la red y lo mismo la información que se desprenda de la labor de las empresas encuestadoras.
Casi en el cierre del documento, nuestros obispos recuerdan el ideal de desarrollo integral que propone Benedicto XVI en su reciente encíclica Cáritas in veritate y cómo él no se podrá lograr si no recomponemos nuestra convivencia social, superamos el miedo ciudadano ante la violencia generada por la delincuencia y pasamos a defender la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural y, además, la de aquellos que hoy se pueden considerar más vulnerables e indefensos. El electorado, sobre todo en el caso de los ciudadanos católicos, deben poner su atención en estos puntos y tratar de mirarlos presentes en los programas de los partidos que decidan apoyar con su voto. Sin obviar otros temas urgentes como, por ejemplo, todos los que tienen que ver con la familia, el matrimonio y la protección cuidadosa del medio ambiente.
Concluyen los obispos pidiendo al Tribunal Supremo de Elecciones una mayor educación cívica y política de la ciudadanía, a los partidos les solicita crecer en democracia interna y espíritu de servicio y a cada cristiano involucrado en la vida pública se le ruega ser lo que deben e inspirarse en la doctrina social de la Iglesia. Nadie debe abstenerse de votar, dicen los obispos, y cada sacerdote debe iluminar conciencias sin caer en poses que permitan a los fieles identificar su filiación partidista.
Una carta, sin duda, llena de luces. Quedamos, únicamente, a la espera de la firma del pacto ético-electoral propuesto.