La última edición del periódico digital Primera Plana, del Colegio de Periodistas, publica un artículo acerca del consumo de bebidas alcohólicas en el país que debiera llamarnos a la reflexión.
Con ese propósito a continuación lo reproduzco parcialmente.
Consumo de licor entre las mujeres se ha cuadruplicado.
Casi un 60 % del total de los jóvenes inicia el consumo de licor con la cerveza.
La Encuesta Nacional sobre Juventud y Drogas realizada a la población en educación secundaria de Costa Rica, reveló que la edad de inicio en la ingesta de licor es de 12 años en las mujeres y 13 en los hombres.
En el año 2004, un estudio sobre consumo de drogas en la juventud costarricense mostró que los adolescentes tienen el hábito de tomar en grupos cada vez mayores y con consumo excesivos, lo que fomenta su participación en riñas y peleas, principalmente entre hombres, así como la agresión contra las mujeres. Hoy día, la violencia entre los jóvenes de los colegios es muy común, y está muy relacionada con el consumo de licor.
“Con una sexualidad despertando, el abuso del licor en adolescentes hace frecuente los embarazos no deseados y la transmisión de enfermedades sexuales. Además, de las consecuencias a nivel familiar y de educación que se refleja en los bajos índices de rendimiento escolar”, afirmó la Dra.. Gisela Amador, Directora del Instituto sobre Alcoholismo y Fármaco dependencia (IAFA).
El estudio determinó que no hay ninguna diferencia en cuanto a la cantidad de alcohol que toman las mujeres y los hombres.
Asimismo, la investigación revela que los adolescentes toman con la finalidad de embriagarse, costumbre fomentada por medio de las barras libres o fiestas privadas intercolegiales.
Hay una gran oferta para adolescentes en el mercado de barras libres, según el IAFA muchos colegios privados han denunciado estas actividades, la mayoría de los eventos se organizan para estos centros educativos, porque por lo general es donde hay más dinero.
Las invitaciones a las barras libres proporcionan transporte en buses desde distintos sitios de la ciudad a fincas privadas o casas retiradas. La tarifa de entrada va desde los 5 a los 10 mil colones por persona, con derecho a consumir hasta la embriaguez, bebidas fermentadas como cerveza o destiladas como ron o guaro.
“Como son muchachos muy jóvenes, las ganancias para los organizadores son enormes porque muy pocos llegan a consumir los 10.000 colones de la tarifa, con 3 o 4 cervezas ya están embriagados, entonces las ganancias son muy grandes”, comentó la Dra. Amador.
Aunque la Ley de Licores de 1932 prohíbe la venta de bebidas alcohólicas destiladas o fermentadas a menores, los adultos infractores prefieren recibir las ganancias del negocio, a sabiendas de que la multa por esta falta no llega ni a los dos mil colones.