¿Quién dijo que todo está perdido?, ¿quién dijo que se acaba la esperanza con la muerte?, vos, Negra Sosa, viniste a ofrecer tu corazón, con una cuchillada de amor uniste las puntas de un mismo lazo latinoamericano, y nos hablaste de esperanzas y de luchas, de voces de libertad, de ecos de torbellinos y alientos de conciencia. Por eso, querida Negra, no has partido, seguís y seguirás como un viento en el alma palpitando en las venas abiertas de nuestra existencia.
Cómo te vamos a olvidar Mercedes, si fuiste guerrera en contra de la mezquindad, de las tiranías, de la falta de hermandad; fuiste esa voz de conciencia para no olvidar a los que han sufrido, a los que ya no están, a los hambrientos, el sacrificio de las madres, las luchas de los indígenas, a los desconsolados y a los oprimidos.
Siempre supiste lo que cantabas y para qué lo hacías, creías que el canto era una ceremonia de amor del artista con su público y que cantar para el pueblo era tu meta. Sabías que eras de la gente, y que lo seguirías siendo, que era obligación de un artista brindarle un espacio a los jóvenes cantantes y que más allá de tener barcos o aviones como otros artistas, creías en que tu gloria era estar con tus amigos y que lo único que te podría quedar era la inteligencia y la bondad de la gente.
Por eso, Negra Sosa, nadie va a quedarse a un lado, nadie mirará el costado, es tiempo de vivir tu poética y tu sabiduría…; tiempo de vivir inspirados en esa humanista huella de compromiso político y social que marcaste en tu pueblo latinoamericano.
Seguirás siendo Mercedes la noche y la mañana, el fuego en la oscuridad, nuestra autenticidad latinoamericana, la voz de la quebrada, la tierra de mil colores, un racimo de flores, la luna con su rocío, la Pachamama…, un pájaro en libertad entre tus inmortales zambas, tangos, chacareras o milongas.
Como tantos días de bohemia tu canto seguirá alimentando mi esencia, mi intelecto, mi sangre, por eso déjame que te cante Negra Sosa para darle gracias a la vida por estos dos luceros que distinguieron tu luminosidad, por estos oídos que se enarbolaron con tu desgarradora voz, por este corazón que tantas veces agitó su marco cuando tu alma brotaba en canción, por esta piel comprometida con tus luchas y por estas palabras para declararte hermana de la vida.
Sí Mercedes, el tiempo pasa y todo cambia, es la ley de la existencia, pero nunca cambiará la admiración de quienes vimos en vos un manantial de inspiración, una fuerza para avanzar; esa encarnación vigorosa de la liberación de Latinoamérica, esa voz inmortal demoledora de fronteras...
Por eso siempre será bella tu mirada, siempre será hermosa tu sonrisa, imponente tu presencia… Con tu grito en la voz las noches serán claras; cada abrazo, cada beso, cada gesto, cada sentimiento renacerá como luna llena, y en un círculo de estrellas tus sueños, tus alegrías y esperanzas seguirán brillando con luz eterna.
Hasta pronto, Negra Sosa…, y por favor seguínos regalando, desde la eternidad, esos versos nuevos que fuiste a buscar…