Domingo, 10 Diciembre 2000 18:00
¿y usted creía que aquí estabamos mal.?
Escrito por Gustavo Delgado
¿y usted creía que aquí estabamos mal.?
El sentimiento de inseguridad ciudadana que acongoja a los costarricenses puede tener o no una base real o no tenerla,
Pero de que existe, existe.
El problema de estas olas de inseguridad es que, cuando una sociedad pierde su confianza en la protección que brinda la policía y los tribunales de justicia, empiezan a ocurrir cosas desagradables.
Esas cosas son independientes de la voluntad de los gobernantes y lideres de la sociedad civil. Simplemente ocurren.
Veamos lo que ocurre en otras capitales.
Ciudad de Guatemala es la tercera ciudad mas peligrosa de América latina, después de Bogotá y san salvador.
Según reportes de associated press, en ciudad de Guatemala, los crímenes violentos están tan fuera de control que las fuerzas privadas de seguridad fuertemente armadas, son cada día más comunes.
Desde mediados de este año, cuatro mil soldados están reforzando a la policía de ciudad de Guatemala a cumplir sus deberes, ya que esa esta desbordada de deberes.
Desde los restaurantes de comida rápida hasta los bancos, todos los comercios tienen como norma, uno o mas vigilantes privados armados con fusiles y escopetas en la época de diciembre.
Los cuerpos de seguridad de los barrios, incluso los más modestos, han crecido tanto que superan a la policía oficial, armándose muchas veces ilegalmente con material dejado por las guerras civiles de los últimos treinta y seis años de historia guatemalteca.
Y no solo en nuestro continente, en Jakarta, la capital de Indonesia, en el primer semestre de este año fueron asesinados más de cien personas.
Lo grave del caso es que la cifra de ciento tres asesinados corresponde solamente a supuestos delincuentes ajusticiados por grupos de vecinos o vigilantes privados como venganza a la impunidad de los delincuentes.
Sumida en una profunda crisis económica y social,, los indonesios sufren un violento aumento de las tasas de crimen violento que ha generado la creación de grupos de vigilantes privados que actúan al margen de la ley.
Como los delincuentes entregados a la justicia son liberados rutinariamente a las pocas horas de su captura, esos grupos proceden contra los delincuentes capturados en flagrante delito o contra simples sospechosos golpeándolos, apuñalándolos, disparándoles y en algunos casos hasta quemándolos vivos.