Mientras la tropa se reponía, se curaban heridos, se perseguía aún filibusteros en el territorio, se ordenaba nuevos movimientos de la tropa nacional para ocupar lugares estratégicos, por el norte y por la margen del Río San Juan y el Sarapiquí, con el objetivo de asegurar que no quedara filibustero alguno en el país, y procurar que no encontraran aliados internos.