Resultado de esta lucha y del reconocimiento de la emergencia del estudiantado y la juventud nacional como un sector social vigilante y atento de las discusiones de los grandes temas nacionales, el gobierno de José Figueres Ferrer impulsó por tiempo después la reforma constitucional para que se estableciera la ciudadanía a los 18 años y creó el Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes.