Jueves, 10 Noviembre 2011 05:21

VIOLENCIA VERBAL

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Algunos advierten con gran preocupación de que vivimos tiempos violentos y no dejan de tener razón.
No hablamos solo de agresiones físicas producto de la delincuencia común, sino de todo tipo, ya no se puede andar conduciendo, sin que alguien poco tolerante le recuerde la mamá a uno y en la casa, muchas familias, se llevan, como quien dice: “a la patada”
Según María Ester Flores, psicóloga de familia  la violencia empieza como todo proceso de vida con una semilla y conforme se va utilizando va madurando hasta que se convierte en una forma natural de estar en una relación.
“Desde la más temprana edad, el niño aprende a identificar los sonidos y su significado, e incluso a distinguir el tono con el que se le habla. Hacia los nueve meses, el bebé sabe si sus padres están enojados o si le están dando   afecto y cariño” indicó María Ester Flores.
Expertos en Derechos Humanos señalan que expresarse  adecuadamente en el hogar, así como evitar el uso de palabras que sirvan para humillar, menospreciar, hacer mofas o etiquetar a las personas, es una forma de prevenir las agresiones físicas.
El lenguaje violento es detonante de conductas negativas, son los padres y madres quienes deben dar el eejemplo al hablar de manera respetuosa, expresar buen humor, tolerancia y honradez, a fin que sus hijos, sobre todos los adolescentes, aprendan a emplear un lenguaje apropiado, como elemento necesario para el respeto mutuo, y como norma de coexistencia.
Cuando un esposo se refiere al otro con palabras como “vieja”  “amargada”; “tonto”, “vagabundo” y similares, va creando un resentimiento significativo, y esto hace que el ofendido espere el momento, para vengarse o burlarse, a fin de compensar el dolor de las palabras.
María Ester Flores aconsejó que: antes de hablar hay que pensar lo que se va a decir, expresar con claridad poniendo límites si es necesario y buscar siempre como halagar y reforzar las virtudes más que los defectos. Asegurarse de que el respeto y fundamentalmente amor están presentes en cada palabra dirigida hacia sus seres queridos.
Algunos advierten con gran preocupación de que vivimos tiempos violentos y no dejan de tener razón.
No hablamos solo de agresiones físicas producto de la delincuencia común, sino de todo tipo, ya no se puede andar conduciendo, sin que alguien poco tolerante le recuerde la mamá a uno y en la casa, muchas familias, se llevan, como quien dice: “a la patada”
Según María Ester Flores, psicóloga de familia  la violencia empieza como todo proceso de vida con una semilla y conforme se va utilizando va madurando hasta que se convierte en una forma natural de estar en una relación.
“Desde la más temprana edad, el niño aprende a identificar los sonidos y su significado, e incluso a distinguir el tono con el que se le habla. Hacia los nueve meses, el bebé sabe si sus padres están enojados o si le están dando   afecto y cariño” indicó María Ester Flores.
Expertos en Derechos Humanos señalan que expresarse  adecuadamente en el hogar, así como evitar el uso de palabras que sirvan para humillar, menospreciar, hacer mofas o etiquetar a las personas, es una forma de prevenir las agresiones físicas.
El lenguaje violento es detonante de conductas negativas, son los padres y madres quienes deben dar el eejemplo al hablar de manera respetuosa, expresar buen humor, tolerancia y honradez, a fin que sus hijos, sobre todos los adolescentes, aprendan a emplear un lenguaje apropiado, como elemento necesario para el respeto mutuo, y como norma de coexistencia.
Cuando un esposo se refiere al otro con palabras como “vieja”  “amargada”; “tonto”, “vagabundo” y similares, va creando un resentimiento significativo, y esto hace que el ofendido espere el momento, para vengarse o burlarse, a fin de compensar el dolor de las palabras.
María Ester Flores aconsejó que: antes de hablar hay que pensar lo que se va a decir, expresar con claridad poniendo límites si es necesario y buscar siempre como halagar y reforzar las virtudes más que los defectos. Asegurarse de que el respeto y fundamentalmente amor están presentes en cada palabra dirigida hacia sus seres queridos.