“La principal característica de los verbos reflexivos es que la acción recae específicamente sobre el sujeto; esto implica que alguien está realizando una acción sobre sí mismo. Es importante recordar que estos verbos son utilizados con mucha frecuencia en acciones relacionadas con el aseo personal, o rutinas diarias. Algunos de ellos son: bañarse, peinarse, cepillarse, vestirse o levantarse”.
Este tipo de verbos siempre se forman con los pronombres reflexivos “me”, “te”, “se” y “nos”, por eso también son conocidos como verbos pronominales. Por ejemplo, “Yo me peino”, “ella se peina”, “nosotros nos peinamos” y “ellos se peinan”.
Carlos Díaz fue enfático al señalar que si estas oraciones no contaran con el pronombre reflexivo el verbo no lo sería tampoco y pasaría a ser un verbo transitivo, lo cual hace que la acción del verbo se aplique a un tercero que no sería el sujeto.
Por ese no es lo mismo decir: “Daniela se peina”, que es el reflexivo al recaer la acción en Daniela; a decir: “Daniela peina a la niña”, pues la acción recae en un tercero que es “la niña”.
En cuanto a los infinitivos, esta forma no verbal suele llevar el pronombre enclítico “se”, por ejemplo: peinarse o mancharse.
También existen los verbos recíprocos que son verbos transitivos cuyo sujeto son dos o más personas u objetos, que ejercen una acción sobre los demás y, a su vez, la reciben de ellos. Por ejemplo: “Lucía y su hermana se entienden perfectamente”.
En próximas cápsulas se hará referencia a otros tipos de verbos. Muchas gracias a don Carlos Díaz por su constante compromiso en defensa del uso correcto de nuestro idioma.