¿Qué los limita? El desconocimiento de su derecho a trabajar, el poco acceso a servicios de seguridad social y educación, las dificultades para respaldar sus estudios y experiencia laboral, las barreras para conseguir crédito e iniciar sus empresas, entre otros.
Para solucionar esta situación, nació en el 2013 el programa “Vivir la Integración” con el objetivo de promover la inserción de las personas refugiadas en el mercado laboral y, por ende, su integración en la sociedad costarricense, a través de la identificación de opciones de empleo y la generación de capacidades para el autoempleo.
La iniciativa nace de una alianza público-privada entre la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), la Asociación Empresarial para el Desarrollo (AED), la Dirección General de Migración y Extranjería la Cámara de Comercio de Costa Rica y la Asociación de Consultores y Asesores Internacionales.
Amplía Gabriela Echandi, Ejecutiva de la Dimensión Social de AED.
INSERCIÓN: El programa se basa en la premisa de que el acceso al empleo es el mejor mecanismo para garantizar la integración social de las personas refugiadas, ya que representa la oportunidad de reconstruir sus vidas, obtener la autosuficiencia y contribuir al progreso del país que les ha acogido.
“Vivir la Integración” trabaja de la mano con empresas públicas y privadas para fomentar la inserción laboral de las personas refugiadas mediante ferias de empleo, capacitaciones y sensibilización, intermediación laboral, apoyo para el reconocimiento de sus estudios y el fomento de las MiPYMES lideradas por personas refugiadas.
Vivir la Integración ha logrado que 357 personas refugiadas encuentren solución a su situación de desempleo, con el apoyo de más de 150 empresas. Actualmente, cuenta con 45 empresas aliadas que capacitan anualmente un promedio de 350 personas refugiadas y solicitantes de esta condición.
La contratación de personas refugiadas permite a las empresas sumarse a un reto prioritario del país, al tiempo en que ofrece capital humano y diversidad, lo cual favorece el clima organizacional y el rendimiento de los equipos de trabajo.
Las personas refugiadas son aquellas que se han visto forzadas a huir de su país porque su vida, libertad o seguridad están en peligro.
A pesar de que la mayoría de las personas refugiadas en Costa Rica tiene mucho talento, buenos niveles educativos y muchas ganas de trabajar y reconstruir sus vidas; aún enfrentan problemas para conseguir trabajo.
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