Hay otros pueblos a los que les han cambiado el nombre, como San Isidro de Miramar de Montes de Oro. Ahí se llamaba El Tigre, Concepción de Abangares se llamó Desjarretados y Ciudad Colón se llamó Pacaca.
Según la leyenda los vecinos de Pacaca fueron a pedirle al presidente Ricardo Jiménez, famoso por su chispa, que le cambiara el nombre de su pueblo porque les olía muy feo, Pero Don Ricardo les dijo, "bueno, no los entiendo, en Estados Unidos hay una ciudad muy importante que se llama Chicago".
Seguimos con una seguidilla de nombre que finalizan con la terminación “al”.
Está Puriscal, Caimital, Zapotal, Cedral, Guacimal, Sardinal, Cabuyal, Junquillal, Ajenjal, Abejonal, Bijagual, Turrujal y Yolillal…
Sólo en Montes de Oro, encontramos Cedral, Palmital, Zapotal y Cabuyal.
Ahora, pueblos con nombres de animales, como Lagarto en Puntarenas, La Mona y La Vaquilla en Golfito, Dos Brazos del Tigre en Osa, Búfalo de Limón, y Ultrapez, en Volcán de Buenos Aires,
Está también el Congo de Jiménez y La Tigra en San Carlos
Hay también un Rancho Redondo en Goicoechea, un Rancho Grande en Talamanca y un Rancho Quemado en Osa. Hay un Potrero Grande en Buenos Aires y un Potrero Cerrado en Cartago.
Está La Fresca en Lepanto de Nicoya, donde hace un calor de los diablos, y Tierra Blanca en Cartago, y Tierra Blanca en Guanacaste, pero en ninguno de estos lugares la tierra es como su nombre.
Hay Piedras Blancas en Osa y en Pérez Zeledón, Piedra Azul en Paraíso, Piedra Verde en Guanacaste y Piedras Negras en Mora. Hay un pueblo que se llama Casas Verdes en Pococí. En la Zona Sur están Olla Cero y Control.
En otro programa les cantaremos sobre más nombres raros o curiosos de nuestras comunidades, cortesía del escritor y periodista Camilo Rodríguez Chaverri.