Hoy presentamos una reflexión de la psicóloga María Ester Flores sobre el pensamiento positivo.
Según María Ester las familias deben aprender a ser positivos, aunque las cosas a veces sean color de hormiga. Por más que falte la plata o sean momentos de dolor, no hay que recitar una y otra vez lo mal que están.
Esa actitud afecta mentalmente a los miembros de la familia y trae más desgracias y dolor, porque el cerebro derecho encargado de las emociones se va apagando poco a poco evitándo que surjan ideas creativas para enfrentar cualquier crisis.
Cuando surgen errores o conflictos lo primero que se viene a la mente son cosas como: uyyy que tonta soy; Yo no se por qué tendré que ser así; Nada sale bien. O -Las cosas son terribles
Según la especialista, a nivel cultural en nuestra idiosincrasia tica, tendemos a minimizar los éxitos o regalos de la vida. En lugar de decir tengo un casa o un carro muy lindo y bueno, decimos…tengo un carrito, una casita, una finquita, me gane una platita.
De manera que con el paso del tiempo eso se vuelve realidad, empequeñeciendo el esfuerzo, y sobre todo el creer poco en las capacidades e ideas propias.
Los especialistas señalan que lo ideal es aprender a tener fe y esperanza en que la naturaleza nos ha dotado de herramientas psicológicas y espirituales para enfrentar cualquier evento de la vida.
María Ester Flores señaló que para eso hay que educar al PENSAMIENTO, pues en la medida que pensamos positivamente siempre nos vamos a sentir bien, de tal manera que la conducta e interacción con los demás serán exitosas.
“Desde que los niños y estàn en edad escolar es bueno ofrecerles prácticas asertivas como decirles que siempre debemos estar abiertos a escuchar nuevas ideas y maneras de ver la vida, en especial si hay dificultades y retos” indicó María Ester Flores
Debemos también abrir la mente con un buen sentido de auto estima, diciendose cosas importantes como: Yo soy importante, me amo, me acepto, me apruebo con defectos y virtudes, mi cuerpo es alegre sano y lo quiero mucho.
Lo importante es valorar siempre lo que somos sin esperar que sean otros quienes lo digan o lo critiquen, porque la verdadera fuerza del ser humano está en su mundo interior.
Hoy presentamos una reflexión de la psicóloga María Ester Flores sobre el pensamiento positivo.
Según María Ester las familias deben aprender a ser positivos, aunque las cosas a veces sean color de hormiga. Por más que falte la plata o sean momentos de dolor, no hay que recitar una y otra vez lo mal que están.
Esa actitud afecta mentalmente a los miembros de la familia y trae más desgracias y dolor, porque el cerebro derecho encargado de las emociones se va apagando poco a poco evitándo que surjan ideas creativas para enfrentar cualquier crisis.
Cuando surgen errores o conflictos lo primero que se viene a la mente son cosas como: uyyy que tonta soy; Yo no se por qué tendré que ser así; Nada sale bien. O -Las cosas son terribles
Según la especialista, a nivel cultural en nuestra idiosincrasia tica, tendemos a minimizar los éxitos o regalos de la vida. En lugar de decir tengo un casa o un carro muy lindo y bueno, decimos…tengo un carrito, una casita, una finquita, me gane una platita.
De manera que con el paso del tiempo eso se vuelve realidad, empequeñeciendo el esfuerzo, y sobre todo el creer poco en las capacidades e ideas propias.
Los especialistas señalan que lo ideal es aprender a tener fe y esperanza en que la naturaleza nos ha dotado de herramientas psicológicas y espirituales para enfrentar cualquier evento de la vida.
María Ester Flores señaló que para eso hay que educar al PENSAMIENTO, pues en la medida que pensamos positivamente siempre nos vamos a sentir bien, de tal manera que la conducta e interacción con los demás serán exitosas.
“Desde que los niños y estàn en edad escolar es bueno ofrecerles prácticas asertivas como decirles que siempre debemos estar abiertos a escuchar nuevas ideas y maneras de ver la vida, en especial si hay dificultades y retos” indicó María Ester Flores
Debemos también abrir la mente con un buen sentido de auto estima, diciendose cosas importantes como: Yo soy importante, me amo, me acepto, me apruebo con defectos y virtudes, mi cuerpo es alegre sano y lo quiero mucho.
Lo importante es valorar siempre lo que somos sin esperar que sean otros quienes lo digan o lo critiquen, porque la verdadera fuerza del ser humano está en su mundo interior.