Jueves, 27 Febrero 2014 08:15

Palomitas de maíz

Escrito por

El ir al cine y comerse unas palomitas de maíz es para muchos un matrimonio indisoluble y un gesto que se ha convertido en todo un ritual, pero ¿de dónde surgió esta estrecha relación?

 

ESCUCHAR CÁPSULA


Hace unas semanas la revista Smithsonian relató la historia de esta unión, cuyo origen comenzó en la Gran Depresión de 1929 y acabó instalándose definitivamente durante la Segunda Guerra Mundial.
Durante los años veinte, cuando los cines estaban reservados a las clases pudientes y aún mantenían un estilo decorativo parecido a una ópera o un teatro, llenos de lámparas costosas, mullidas alfombras y demás objetos decorativos, los empresarios no querían que sus salas fuesen manchadas con ningún tipo de alimento, y se procuraba que la gente no entrara con comida a sus proyecciones.
Pero en 1927 cuando se introdujo el sonido, el cine se abrió a todo tipo de público. Ya no hacía falta saber leer para acudir a ver una película, así que con el crack del 29 y la Gran Depresión, el cine constituyó unos de las pocos entretenimientos para la población norteamericana, y dentro de esta salida de ocio el único lujo que se podían permitir era un cucurucho de palomitas, que compraban en los puestos callejeros situados a las entradas de las salas.
¿Cómo se convirtió esto en un lucrativo negocio para los dueños de los cines?
Eso se lo contaremos mañana.