Manuel González “Magón” admirable escritor, político y educador costarricense nació un 24 de Diciembre de 1864.
Comencemos por sus pasos literarios, tiene entre sus obras “Un baño en la presa”, “Un almuerzo campestre” “Quiere usted quedarse a comer” y “El Clis de Sol”, obra que adaptamos para todos ustedes.
Sus crónicas y cuentos de costumbres se plasman sobre asuntos y actividades de la vida cotidiana de unos 70 años atrás, por lo que incorporan el habla popular o rural.
Magón, el cuál era su seudónimo y también ahora el nombre del Premio Nacional de Cultura, se encargó no solo de dejar legado en la literatura y cultura de Costa Rica, si no en los ámbitos político diplomáticos.
Fundó el periódico El País y fue eligido diputado en el Congreso Nacional de 1895.
En 1899 fue nombrado vicecónsul de Colombia para luego volver a Costa Rica y dedicarse como procurador de negocios judiciales y ser profesor en el Liceo Costa Rica y en el Colegio Superior de Señoritas.
El Clis de Sol, es su obra más conocida y en esta se relata como un tradicional campesino costarricense es engañado por un europeo sobre el nacimiento de unas gemelitas, reflejándose así la inocencia y poca pericia del campesinado costarricense de ese entonces.
Magón funge en este cuento como un narrador testigo.
El Clis de Sol, fue hasta el 2009 una lectura obligatoria para el nivel de secundaria, así que muchos de nosotros la recordamos.
Laura Casasa, filóloga, escritora y lingüista nos comenta acerca de esta obra literaria
Inserción
“No hay que perder de vista que la obra de Magón a pesar de que retoma una visión del campesino, una visión de las personas con menos recursos económicos en realidad lo que hace es plantear una oposición entre las personas digamos de clase social más alta y las personas de clase social baja y opone en esa mirada esos dos mundos que parecen contradictorios”
Casasa considera que la trayectoria profesional que tuvo Magón no fue un indicativo, para escoger “El Clis de Sol”, como una lectura obligatoria, sino más bien fue lo jocoso y corto del cuento y por supuesto… su entretenido final.
Colaboración de la periodista Mónica Zumbado Chacón.
Manuel González “Magón” admirable escritor, político y educador costarricense nació un 24 de Diciembre de 1864.
Comencemos por sus pasos literarios, tiene entre sus obras “Un baño en la presa”, “Un almuerzo campestre” “Quiere usted quedarse a comer” y “El Clis de Sol”, obra que adaptamos para todos ustedes.
Sus crónicas y cuentos de costumbres se plasman sobre asuntos y actividades de la vida cotidiana de unos 70 años atrás, por lo que incorporan el habla popular o rural.
Magón, el cuál era su seudónimo y también ahora el nombre del Premio Nacional de Cultura, se encargó no solo de dejar legado en la literatura y cultura de Costa Rica, si no en los ámbitos político diplomáticos.
Fundó el periódico El País y fue eligido diputado en el Congreso Nacional de 1895.
En 1899 fue nombrado vicecónsul de Colombia para luego volver a Costa Rica y dedicarse como procurador de negocios judiciales y ser profesor en el Liceo Costa Rica y en el Colegio Superior de Señoritas.
El Clis de Sol, es su obra más conocida y en esta se relata como un tradicional campesino costarricense es engañado por un europeo sobre el nacimiento de unas gemelitas, reflejándose así la inocencia y poca pericia del campesinado costarricense de ese entonces.
Magón funge en este cuento como un narrador testigo.
El Clis de Sol, fue hasta el 2009 una lectura obligatoria para el nivel de secundaria, así que muchos de nosotros la recordamos.
Laura Casasa, filóloga, escritora y lingüista nos comenta acerca de esta obra literaria
Inserción
“No hay que perder de vista que la obra de Magón a pesar de que retoma una visión del campesino, una visión de las personas con menos recursos económicos en realidad lo que hace es plantear una oposición entre las personas digamos de clase social más alta y las personas de clase social baja y opone en esa mirada esos dos mundos que parecen contradictorios”
Casasa considera que la trayectoria profesional que tuvo Magón no fue un indicativo, para escoger “El Clis de Sol”, como una lectura obligatoria, sino más bien fue lo jocoso y corto del cuento y por supuesto… su entretenido final.
Colaboración de la periodista Mónica Zumbado Chacón.