Jueves, 18 Noviembre 2010 05:19

LA ULTIMA MONEDA 1

Escrito por
Hoy presentamos el cuento “La Ultima Moneda” de Germán Jiménez.
Narradora: Seis bocas hambrientas le esperaban aquella noche.  Cinco de ellos menores de diez años, pequeños niños producto de la poca planificación e inteligencia de aquel pobre hombre que aún deambulaba por las calles dos horas antes de la media noche del día de navidad.
Su mujer seguramente le esperaba con los humildes platos vacíos en los que acostumbraban de vez en cuando poner algún alimento.
Pedro: ¿por qué si no soy alcohólico, ni tengo vicios? ¿Por qué tengo tan mala suerte? ¿Dios mío explícame por qué?
Narradora: Pedro trabajó como ayudante de cocina la primera mitad del año, pero mientras cuidaba a uno de sus hijos que estaba muy enfermo, faltó dos días al trabajo y por no avisar lo despidieron sin ofrecerle beneficio alguno.
Esta noche en particular había tratado de conseguir algo qué llevar a la mesa de su casa.  Igual que un viejo cavernario, era el hombre quien tenía que realizar esa labor.
Pedro: No entiendo porqué todo el mundo me ve como borracho o un ladrón. Por qué no entienden que no tengo más ropa que ponerme, que tengo más de seis meses sin trabajo!
Narradora: Para protegerse de la lluvia había entrado en la catedral, donde justo acababa de concluir la misa en la que se celebraba el nacimiento de el Salvador.  Pedro se sentó de espaldas al altar, y sin volver a ver a quienes venían saliendo se daba cuenta de cómo hablaban de él.
Gente: “Mira a este pobre diablo”
¿Cómo se atreve a entrar así en la Iglesia?
¿Acaso no conocerá a Cristo y no le respeta?
Narrador: Pedro, sin levantar la mirada, escuchó a lo lejos el canto de un gallo, y recordó antiguas historias que su madre hacía mucho tiempo le había contado.
Pedro: donde estará en estos momentos aquel señor de los milagros, del que mi madre siempre hablaba, el que podía hacer de todo?
Narradora: Mientras pensaba en esto con la mirada fija en el suelo, un niño se le acercó por detrás.
Niño: Señor, oiga señor, parece tener hambre… déjeme regalarle esta moneda…..Hoy me la regalaron… pero creo que usted la necesita más…
Efecto: Niño corriendo
Narrador: el niño sin decir nada más, salió corriendo hacia el fondo de la Iglesia.
Luego de esta pausa más del cuento La última Moneda, de Germán Jiménez.
Hoy presentamos el cuento “La Ultima Moneda” de Germán Jiménez.
Narradora: Seis bocas hambrientas le esperaban aquella noche.  Cinco de ellos menores de diez años, pequeños niños producto de la poca planificación e inteligencia de aquel pobre hombre que aún deambulaba por las calles dos horas antes de la media noche del día de navidad.
Su mujer seguramente le esperaba con los humildes platos vacíos en los que acostumbraban de vez en cuando poner algún alimento.
Pedro: ¿por qué si no soy alcohólico, ni tengo vicios? ¿Por qué tengo tan mala suerte? ¿Dios mío explícame por qué?
Narradora: Pedro trabajó como ayudante de cocina la primera mitad del año, pero mientras cuidaba a uno de sus hijos que estaba muy enfermo, faltó dos días al trabajo y por no avisar lo despidieron sin ofrecerle beneficio alguno.
Esta noche en particular había tratado de conseguir algo qué llevar a la mesa de su casa.  Igual que un viejo cavernario, era el hombre quien tenía que realizar esa labor.
Pedro: No entiendo porqué todo el mundo me ve como borracho o un ladrón. Por qué no entienden que no tengo más ropa que ponerme, que tengo más de seis meses sin trabajo!
Narradora: Para protegerse de la lluvia había entrado en la catedral, donde justo acababa de concluir la misa en la que se celebraba el nacimiento de el Salvador.  Pedro se sentó de espaldas al altar, y sin volver a ver a quienes venían saliendo se daba cuenta de cómo hablaban de él.
Gente: “Mira a este pobre diablo”
¿Cómo se atreve a entrar así en la Iglesia?
¿Acaso no conocerá a Cristo y no le respeta?
Narrador: Pedro, sin levantar la mirada, escuchó a lo lejos el canto de un gallo, y recordó antiguas historias que su madre hacía mucho tiempo le había contado.
Pedro: donde estará en estos momentos aquel señor de los milagros, del que mi madre siempre hablaba, el que podía hacer de todo?
Narradora: Mientras pensaba en esto con la mirada fija en el suelo, un niño se le acercó por detrás.
Niño: Señor, oiga señor, parece tener hambre… déjeme regalarle esta moneda…..Hoy me la regalaron… pero creo que usted la necesita más…
Narrador: el niño sin decir nada más, salió corriendo hacia el fondo de la Iglesia.
Luego de esta pausa más del cuento La última Moneda, de Germán Jiménez.
Y2K

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