Lunes, 10 Octubre 2011 05:20

LA ROSA Y EL SAPO

Escrito por
Había una vez una hermosa rosa roja, que lucía orgullosa los encantos que la naturaleza le dio, a  todo aquel que pasara por el jardín. “Que maravilla el saber que era la flor más bella de todas pensaba la rosa”. Pero sin embargo, a pesar de todo se daba cuenta de que la gente solo la miraba de lejos.
Un día notó que al lado de ella, siempre había un sapo enorme  y oscuro, y que era por eso que nadie se acercaba para verla de cerca.
Indignada ante lo descubierto la rosa le ordeno al sapo que se fuera de inmediato de su lado; y el humilde sapo muy obediente le dijo:
Gustavo: “Esta bien, si así lo quieres buscare otro lugar y me marchare de aquí “.
Orietta:
Poco tiempo después, el sapo paso por donde estaba la rosa, y se sorprendió al verla totalmente marchita, decaída, sin hojas y sin pétalos. Le dijo entonces:
Gustavo: “Vaya que te ves muy mal. ¿Qué te paso? “
Orietta:
La rosa contesto: “Es que desde que te fuiste las hormigas y los insectos me han comido día a día, y nunca más pude volver a ser igual de bella como era antes.”
Entonces el sapo le respondió:
Gustavo: “Pues claro, cuando yo estaba aquí me comía a las hormigas y a los insectos que llegaban a molestarte; por eso siempre eras la más bella del jardín. “
Ronny:
Muchas veces despreciamos a los demás,  por creer que somos más que ellos, que somos más bellos, o simplemente porque creemos que no nos "sirven" para nada.
Dios no hace a nadie para que este sobrando en este mundo, nadie es más que otro. Todos tenemos algo especial que hacer, algo que aprender de los demás, o algo que enseñar; y nadie debe despreciar a nadie. No vaya a ser que esa persona, a la cual estamos menospreciando, nos este haciendo  un bien del cual ni siquiera estabamos conscientes.
Había una vez una hermosa rosa roja, que lucía orgullosa los encantos que la naturaleza le dio, a  todo aquel que pasara por el jardín. “Que maravilla el saber que era la flor más bella de todas pensaba la rosa”. Pero sin embargo, a pesar de todo se daba cuenta de que la gente solo la miraba de lejos.
Un día notó que al lado de ella, siempre había un sapo enorme  y oscuro, y que era por eso que nadie se acercaba para verla de cerca.
Indignada ante lo descubierto la rosa le ordeno al sapo que se fuera de inmediato de su lado; y el humilde sapo muy obediente le dijo:
Gustavo: “Esta bien, si así lo quieres buscare otro lugar y me marchare de aquí “.
Orietta:
Poco tiempo después, el sapo paso por donde estaba la rosa, y se sorprendió al verla totalmente marchita, decaída, sin hojas y sin pétalos. Le dijo entonces:
Gustavo: “Vaya que te ves muy mal. ¿Qué te paso? “
Orietta:
La rosa contesto: “Es que desde que te fuiste las hormigas y los insectos me han comido día a día, y nunca más pude volver a ser igual de bella como era antes.”
Entonces el sapo le respondió:
Gustavo: “Pues claro, cuando yo estaba aquí me comía a las hormigas y a los insectos que llegaban a molestarte; por eso siempre eras la más bella del jardín. “
Ronny:
Muchas veces despreciamos a los demás,  por creer que somos más que ellos, que somos más bellos, o simplemente porque creemos que no nos "sirven" para nada.
Dios no hace a nadie para que este sobrando en este mundo, nadie es más que otro. Todos tenemos algo especial que hacer, algo que aprender de los demás, o algo que enseñar; y nadie debe despreciar a nadie. No vaya a ser que esa persona, a la cual estamos menospreciando, nos este haciendo  un bien del cual ni siquiera estabamos conscientes.