Sábado, 24 Septiembre 2011 08:13

LA Ñ

Escrito por
Cada vez es más difícil entender cómo escribe la gente, con la fiebre de los mensajes de texto, las nuevas generaciones especialmente, se han “comido” letras, al punto de hacer que algunas palabras lleguen a desaparecer.
Es el caso, por ejemplo, de la palabra “por” generalmente representada por una equis, o la palabra “que” la cual ha perdido sus letras u y e, para quedar representada solo por la letra q.
El asunto es que con la llegada de los teléfonos inteligentes, este cercenamiento del idioma español, pasó de los mensajes de texto a las redes sociales y a los correos electrónicos.
El hecho es tan grave que muchos defensores del español están preocupados por la seguridad de la letra “eñe” prácticamente ausente en los aparatos de última tecnología.
Lo peor de todo es que muchos parecen no extrañar a la letra con la que empezamos palabras como ñato o ñampí.
De acuerdo a la página en Internet Aula Hispánica la eñe nació de la necesidad de representar un nuevo sonido, inexistente en latín.
A principios del siglo doce, los escribanos españoles empezaron a utilizar la tilde para simplificar las letras dobladas.
Determinados grupos consonánticos latinos como gn, nn o ni evolucionaron en las lenguas romances hacia un sonido nasal palatal. ÑÑ
En cada una de estas lenguas se fue fijando una grafía distinta para representar este sonido.
El castellano medieval escogió doble ene, que se solía representar abreviadamente mediante una sola ene con una rayita más o menos ondulada encima;
Los orígenes de esta letra pueden apreciarse mucho mejor en palabras como año, que viene del annus latino, Con doble ene  y que pasó a incorporar la eñe en lugar de la doble ene.
No desechemos nuestra amiga la eñe y más bien recordemos su historia y su importancia.
Cada vez es más difícil entender cómo escribe la gente, con la fiebre de los mensajes de texto, las nuevas generaciones especialmente, se han “comido” letras, al punto de hacer que algunas palabras lleguen a desaparecer.
Es el caso, por ejemplo, de la palabra “por” generalmente representada por una equis, o la palabra “que” la cual ha perdido sus letras u y e, para quedar representada solo por la letra q.
El asunto es que con la llegada de los teléfonos inteligentes, este cercenamiento del idioma español, pasó de los mensajes de texto a las redes sociales y a los correos electrónicos.
El hecho es tan grave que muchos defensores del español están preocupados por la seguridad de la letra “eñe” prácticamente ausente en los aparatos de última tecnología.
Lo peor de todo es que muchos parecen no extrañar a la letra con la que empezamos palabras como ñato o ñampí.
De acuerdo a la página en Internet Aula Hispánica la eñe nació de la necesidad de representar un nuevo sonido, inexistente en latín.
A principios del siglo doce, los escribanos españoles empezaron a utilizar la tilde para simplificar las letras dobladas.
Determinados grupos consonánticos latinos como gn, nn o ni evolucionaron en las lenguas romances hacia un sonido nasal palatal. ÑÑ
En cada una de estas lenguas se fue fijando una grafía distinta para representar este sonido.
El castellano medieval escogió doble ene, que se solía representar abreviadamente mediante una sola ene con una rayita más o menos ondulada encima;
Los orígenes de esta letra pueden apreciarse mucho mejor en palabras como año, que viene del annus latino, Con doble ene  y que pasó a incorporar la eñe en lugar de la doble ene.
No desechemos nuestra amiga la eñe y más bien recordemos su historia y su importancia.