Aquel viejo dicho de que el amor entra por la cocina está siendo puesto a prueba en un local de Pittsburgh, Pensilvania, donde se venden comidas de países con los que Estados Unidos tiene problemas.
Se llama la "Cocina del conflicto" y está inspirada en la idea de que la gastronomía puede ayudar al mejor entendimiento entre las naciones, al menos entre los ciudadanos comunes.
"Cocina del conflicto" es una pequeña ventanilla en la que se ofrecen comidas para llevar que empezó a funcionar en mayo de 2010 vendiendo kubidhes, un sandwich de carne molida, albahaca y menta muy popular en Irán. Y Desde diciembre ofrecen bolanis, una especie de empanadas afganas rellenas de vegetales.
Más que una operación comercial, los creadores de la "Cocina del conflicto" la definen como un proyecto cultural que busca difundir información para que la clientela conozca un poco más lo que pasa en y con esas naciones. Por ejemplo, los bolanis se envuelven en una hoja llena de datos sobre la sociedad y cultura afganas.
Algunos se interesan por la inusual oferta gastronómica. Otros se espantan con la idea de sabores tan exóticos. Pero los que se quedan aprovechan para saciar simultáneamente hambre y curiosidad.
“Mucha gente no sabe en lo absoluto de la cultura (afgana), pero cuando llega aquí nos metemos en una conversación”, dijo a BBC Mundo el profesor de arte de la Universidad Carnegie Mellon, Jon Rubin, quien junto a la artista Dawn Weleski, es co-creador del proyecto.
Pero el esfuerzo no queda sólo a cargo de la comida y del diálogo que se establece alrededor de la ventanilla de la "Cocina del conflicto".
En el local han hecho conexiones vía internet con Irán y Afganistán, para discutir de política o cultura.
Ese esfuerzo informativo seguirá en el futuro próximo con platos de Corea del Norte y de Venezuela.
Aquel viejo dicho de que el amor entra por la cocina está siendo puesto a prueba en un local de Pittsburgh, Pensilvania, donde se venden comidas de países con los que Estados Unidos tiene problemas.
Se llama la "Cocina del conflicto" y está inspirada en la idea de que la gastronomía puede ayudar al mejor entendimiento entre las naciones, al menos entre los ciudadanos comunes.
"Cocina del conflicto" es una pequeña ventanilla en la que se ofrecen comidas para llevar que empezó a funcionar en mayo de 2010 vendiendo kubidhes, un sandwich de carne molida, albahaca y menta muy popular en Irán. Y Desde diciembre ofrecen bolanis, una especie de empanadas afganas rellenas de vegetales.
Más que una operación comercial, los creadores de la "Cocina del conflicto" la definen como un proyecto cultural que busca difundir información para que la clientela conozca un poco más lo que pasa en y con esas naciones. Por ejemplo, los bolanis se envuelven en una hoja llena de datos sobre la sociedad y cultura afganas.
Algunos se interesan por la inusual oferta gastronómica. Otros se espantan con la idea de sabores tan exóticos. Pero los que se quedan aprovechan para saciar simultáneamente hambre y curiosidad.
“Mucha gente no sabe en lo absoluto de la cultura (afgana), pero cuando llega aquí nos metemos en una conversación”, dijo a BBC Mundo el profesor de arte de la Universidad Carnegie Mellon, Jon Rubin, quien junto a la artista Dawn Weleski, es co-creador del proyecto.
Pero el esfuerzo no queda sólo a cargo de la comida y del diálogo que se establece alrededor de la ventanilla de la "Cocina del conflicto".
En el local han hecho conexiones vía internet con Irán y Afganistán, para discutir de política o cultura.
Ese esfuerzo informativo seguirá en el futuro próximo con platos de Corea del Norte y de Venezuela.