El juego pertenece a la herencia cultural de todos los pueblos de la Tierra.
Platón descubrió que el juego es un instrumento que prepara a los niños para la vida adulta y desde la perspectiva educativa es una poderosa herramienta para trabajar conceptos valores y procedimientos.   

Cuando los niños se disponen a jugar el primer sentimiento que fluye es el placer y la felicidad de crear aspectos de su vida de manera libre. Realizan toda una vivencia en sus fantasías a nivel individual o grupal.

Por eso nunca los padres, madres o cuidadores deben limitar, sancionar o enojarse porque sus hijos desean jugar, dado que es una necedad vital para liberar energía o para aprender algo que les está inquietando. Siempre y cuando no sean juegos de video, ya que estos no cumplen con los objetivos de libertar proyección o creatividad

En el juego descargan la energía física, se preparan para los deberes de la vida, obtienen placer al lograr una meta difícil y consiguen alivio a las frustraciones de la vida.

Obtienen el contacto que anhelan, se liberan de la necesidad de competir, se muestran agresivos en una forma aceptable para la sociedad.

Desarrollan su capacidad de entenderse con las demás personas de un grupo.  Dan rienda suelta a su imaginación., aprenden las características particulares de sus culturas y desarrollan destrezas necesarias para la vida.

Otros aspectos beneficiosos del juego son:
- Mientras juegan se sienten seguros y los alivia de las angustia.
- Abandonan la realidad del adulto y ven las cosas desde su perspectiva de niños.
- El aprendizaje mientras se juega es más creativo
- Tiene un impacto educativo mayor al no ser aburrido
- Se sienten libres
- Se muestran activos e interesados
- Son ágiles, diestros y precisos en sus movimientos 
- Aprenden con flexibilidad y con prudencia
- Es simplemente el lenguaje natural en la vida de Los niños y niñas
-  El juego es divertido por eso  pueden aprender mientras se divierten.

Colaboración de la psicóloga María Esther Flores Sandoval