Primero la historia: jabulani significa celebración en idioma zulú, y fue diseñada por la universidad de Loughborough, Inglaterra, a pedido de la empresa Adidas. El equipo trabajó 3 años en lograr se objetivo de conseguir la bola perfecta, y dicen que lo consiguieron.
Como todos los interesados saben, Jabulani está hecha con 8 paneles tridimensionales unidos en caliente. Por eso es la bola perfecta, sin deformaciones en las costuras. Además esta bola posee surcos y una superficie rugosa, como las bolas de golf, que le permiten avanzar sin perder estabilidad.
Esto le brinda un aerodinamismo mayor, o sea ofrece menos resistencia al aire y alcanza el 5% más de velocidad que los diseños anteriores. Eso desconcierta a los porteros.
Pero no todo es tan bueno, pues en pruebas hechas en túneles de viento, se dieron cuenta que cuando la bola empieza a perder velocidad, su comportamiento es impredecible.
O sea, apenas recibe la patada, Jabulani gracias a su redondez y su superficie, genera una turbulencia que la hace volar más rápido y sin desviarse.
Pero cuando empieza a perder velocidad, la resistencia del aire se vuelve mayor, el balón se frena y su comportamiento se vuelve impredecible. En ese caso una bola tradicional lleva ventaja, pues sus bordes ayudan a crear turbulencias adicionales que disminuyen su resistencia al movimiento.
Tal vez sea por esto que el arquero Julio César dijo que las bolas que se compran en el supermercado son mejores que la Jabulani.
Según un profesor de física australiano hay otro detalle:
Las ciudades sedes del mundial de Sudáfrica estaban a más de mil metros sobre el nivel del mar. Esto hace que la densidad del aire sea menor y que el balón sea aún más rápido.
Pero como nosotros no somos expertos en fútbol, tendremos que esperar a que los expertos nos den su veredicto.
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