Viernes, 17 Mayo 2013 05:31

Jacob Barnett

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Ahora le vamos a presentar a Jacob Barnett, un joven que fue diagnosticado con autismo grave cuando tenía apenas 2 años y los expertos dijeron que tal vez nunca podría leer o atarse los zapatos.

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No pudieron estar más equivocados, ya que Jacob no solo lee y se amarra los zapatos solitos, sino que a sus 14 años, estudia un doctorado en física cuántica.
La mente brillante de este niño prodigio de Indiana, Estados Unidos, estuvo a punto de perderse en una enfermedad a la que a menudo los padres no saben cómo hacer frente: el autismo.

Desde que fue diagnosticado, Jacob Barnett-Jake, para los amigos- no volvió a hablar.

Fueron largas las horas que pasaba Jacob en casa rodeado de expertos en educación especial que le guiaban en una suerte de terapia interminable con estrictos ejercicios, centrados en desarrollar sus habilidades más básicas, para sacar al niño de lo que se creía era una enfermedad que le marcaría toda la vida.

"Cuando Jacob volvió a hablar, lo hizo en cuatro idiomas", aseguró su madre, Kristine Barnett en una entrevista con la BBC.

Entonces, Barnett ya se había dado cuenta del talento especial de su hijo.

Memorizaba cada calle de las ciudades donde íbamos de viaje y luego recreaba los planos en el suelo de nuestra casa con bastoncillos".

Recitar de seguido el alfabeto de principio a fin, decirlo al revés, es decir, de la zeta a la A o dibujar patrones matemáticos en el suelo con una cuerda, eran ejercicios de lo más comunes para Jacob Barnett, que se entrenaba en el silencio del autismo.

Una vez que superó la barrera del habla a los 4 años, Jacob comenzó un sobresaliente aprendizaje que lo llevaría a la Universidad con apenas 11 años.

Un año después ya recibía un sueldo como investigador de física cuántica y ayudaba a alumnos de la Universidad en sus trabajos como "profesor adjunto".

Ahora, a sus 14 años, este estudiante de la Universidad de Indiana está cursando un doctorado en física cuántica "de la mano de su tutor",
Los expertos aseguran que Jacob Barnett, quien quiere dedicar su vida a la Física, tiene un coeficiente intelectual superior al de Albert Einstein y lo señalan como posible futuro ganador del premio Nobel por su teoría original sobre astrofísica, que desarrolló con 12 años, una edad en la que los intereses de un joven están siempre fuera de las aulas.

Una verdadera lección, de que para el ser humano no hay imposibles, aunque los “expertos” opinen lo contrario.
Fuente BBC MUNDO

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