Jueves, 21 Junio 2012 05:56

EPIDEMIA DE OBESIDAD 2

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RONNY: Ayer les conversábamos sobre la epidemia de obesidad que afecta a gran parte de la población mundial.
ORIETTA: En ese contexto le hablábamos sobre el jarabe de maíz de alta fructosa, un subproducto de desecho del maíz, increíblemente azucarado y además muy barato e increíblemente adictivo.
RONNY: La fructosa se convierte fácilmente en grasa en el cuerpo y los científicos han descubierto que también suprime la función de una hormona vital llamada leptina.
ORIETTA: Se cree que esta hormona controla la regulación del hambre y apetito en el cerebro. Cuando el hígado se ve inundado con azúcar, la leptina deja de funcionar y el organismo no sabe cuando está lleno.
RONNY: "Esto provoca que tu cerebro piense que te estás muriendo de hambre aunque acabes de comer. Lo cual causa un círculo vicioso de consumo, enfermedad y adicción", dijo el doctor Robert Lustig, profesor de endocrinología de la Universidad de California, en San Francisco.
ORIETTA: Otra versión apuntaba hacia otro camino. Hace dos décadas surgió un fuerte debate entre los expertos sobre lo que estaba causando el incremento de enfermedades cardiovasculares, que en gran parte eran provocadas por el aumento en el peso corporal. Se dijo que el responsable quizás no era el consumo directo de azúcar, sino las grasas.
RONNY: Esto condujo a un nuevo término en nuestros hábitos de consumo: los alimentos "bajos en grasas".
ORIETTA: Estos productos no sólo prometieron enormes ganancias para la industria, sino también ofrecían acabar con el potencial desastre de salud en lo relativo a las enfermedades del corazón.
RONNY: De la noche a la mañana, todo el mundo comenzó a comprar yogurt, margarinas, postres y galletas "bajos en grasas".
ORIETTA: Pero gran parte de la grasa que se retiró a estos productos fue reemplazada con azúcar.
RONNY: Para cuando los científicos se dieron cuenta de que quizás no era buena idea reemplazar grasa por azúcar pero ya era demasiado tarde: el mundo estaba enfrentando una crisis de obesidad.
ORIETTA: Hoy, cada vez más expertos están comenzando a pensar que hay algo específico en la fructosa que está acelerando la obesidad.
RONNY: Nosotros, aunque nos duela, pensamos que la solución a este problema está en un refrán de nuestros abuelos: en boca cerrada, no hay sobre peso.
RONNY: Ayer les conversábamos sobre la epidemia de obesidad que afecta a gran parte de la población mundial.
ORIETTA: En ese contexto le hablábamos sobre el jarabe de maíz de alta fructosa, un subproducto de desecho del maíz, increíblemente azucarado y además muy barato e increíblemente adictivo.
RONNY: La fructosa se convierte fácilmente en grasa en el cuerpo y los científicos han descubierto que también suprime la función de una hormona vital llamada leptina.
ORIETTA: Se cree que esta hormona controla la regulación del hambre y apetito en el cerebro. Cuando el hígado se ve inundado con azúcar, la leptina deja de funcionar y el organismo no sabe cuando está lleno.
RONNY: "Esto provoca que tu cerebro piense que te estás muriendo de hambre aunque acabes de comer. Lo cual causa un círculo vicioso de consumo, enfermedad y adicción", dijo el doctor Robert Lustig, profesor de endocrinología de la Universidad de California, en San Francisco.
ORIETTA: Otra versión apuntaba hacia otro camino. Hace dos décadas surgió un fuerte debate entre los expertos sobre lo que estaba causando el incremento de enfermedades cardiovasculares, que en gran parte eran provocadas por el aumento en el peso corporal. Se dijo que el responsable quizás no era el consumo directo de azúcar, sino las grasas.
RONNY: Esto condujo a un nuevo término en nuestros hábitos de consumo: los alimentos "bajos en grasas".
ORIETTA: Estos productos no sólo prometieron enormes ganancias para la industria, sino también ofrecían acabar con el potencial desastre de salud en lo relativo a las enfermedades del corazón.
RONNY: De la noche a la mañana, todo el mundo comenzó a comprar yogurt, margarinas, postres y galletas "bajos en grasas".
ORIETTA: Pero gran parte de la grasa que se retiró a estos productos fue reemplazada con azúcar.
RONNY: Para cuando los científicos se dieron cuenta de que quizás no era buena idea reemplazar grasa por azúcar pero ya era demasiado tarde: el mundo estaba enfrentando una crisis de obesidad.
ORIETTA: Hoy, cada vez más expertos están comenzando a pensar que hay algo específico en la fructosa que está acelerando la obesidad.
RONNY: Nosotros, aunque nos duela, pensamos que la solución a este problema está en un refrán de nuestros abuelos: en boca cerrada, no hay sobre peso.