Lunes, 27 Septiembre 2010 06:49

El Síndrome del niño “Chineado”

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Cuando los niños son hijos únicos, cuidados y educados por un grupo significativo de adultos tal como el papá, mamá, abuelos y algunos tíos se presenta una dinámica familiar “adulto centrista”, es decir que todo gira en función del niño.
Muchas veces éstos pequeños llenan un espacio importante en la vida de sus familiares. Especialmente si después de mucho tiempo no tenían bebes, de pronto llega uno alegrando la vida de todos.
Según la Psicóloga de Familia, Marís Esther Flores la emoción es tan fuerte que a la hora de criarlos se les olvida que son personitas a las cuales deben formar, convirtiéndolos en “ositos de peluche” dándoles todo lo que desean con tal de ser amados y aprobados por el niño, para mantener a la familia feliz.
Es ahí donde se establece el síndrome del niño “Chineado”.
De acuerdo a Marí Esther Flores los niños aquejados de este síndrome con el paso del tiempo se vuelven inseguros, miedosos, presentan conductas indebidas, frecuencia de berrinches, mal humor, manipulación y similares. Es decir se vuelven rebeldes, según los adultos.
María Esther Flores, Psicóloga de Familia nos explicó que No es que sean rebeldes, simplemente tienen miedo a la vida, porque por un lado sienten gran poder al tener todo lo que quieren a un ritmo de inmediatez y por otro no saben que hacer con ese poder.
En consecuencia se portan mal para llamar la atención de sus adultos. Es como si su inconsciente dijera: “Diay papás no ven que me estoy portando mal, corríjanme, si no lo hacen sigo portándome mal hasta que los vea a ustedes firmes y seguros”.
Por eso es muy importante que los adultos veamos a los hijos como un ser con etapas a superar hasta alcanzar la madurez.
María Esther Flores nos ofreció algunos consejos para que los padres ejerzan una sana autoridad sobre sus hijos
Establezca límites verbales determinando cómo puede solicitar verbalmente conductas específicas de sus hijos.
Existen cuatro formas:  Persuasión.
A esta hora tenés que estar durmiendo
Por medio de Preguntas: ¿Podrías por favor traerme la mantequilla de la refrigeradora porque estoy moviendo la comida?
por Mensajes en primera persona: Quiero que por favor hoy laves tu plato
y como una Orden: Arregla tu cuarto hoy y punto.
Recuerde que la forma en que crezcan los niños los marca por el resto de su vida.
Cuando los niños son hijos únicos, cuidados y educados por un grupo significativo de adultos tal como el papá, mamá, abuelos y algunos tíos se presenta una dinámica familiar “adulto centrista”, es decir que todo gira en función del niño.
Muchas veces éstos pequeños llenan un espacio importante en la vida de sus familiares. Especialmente si después de mucho tiempo no tenían bebes, de pronto llega uno alegrando la vida de todos.
Según la Psicóloga de Familia, Marís Esther Flores la emoción es tan fuerte que a la hora de criarlos se les olvida que son personitas a las cuales deben formar, convirtiéndolos en “ositos de peluche” dándoles todo lo que desean con tal de ser amados y aprobados por el niño, para mantener a la familia feliz.
Es ahí donde se establece el síndrome del niño “Chineado”.
De acuerdo a Marí Esther Flores los niños aquejados de este síndrome con el paso del tiempo se vuelven inseguros, miedosos, presentan conductas indebidas, frecuencia de berrinches, mal humor, manipulación y similares. Es decir se vuelven rebeldes, según los adultos.
María Esther Flores, Psicóloga de Familia nos explicó que No es que sean rebeldes, simplemente tienen miedo a la vida, porque por un lado sienten gran poder al tener todo lo que quieren a un ritmo de inmediatez y por otro no saben que hacer con ese poder.
En consecuencia se portan mal para llamar la atención de sus adultos. Es como si su inconsciente dijera: “Diay papás no ven que me estoy portando mal, corríjanme, si no lo hacen sigo portándome mal hasta que los vea a ustedes firmes y seguros”.
Por eso es muy importante que los adultos veamos a los hijos como un ser con etapas a superar hasta alcanzar la madurez.
María Esther Flores nos ofreció algunos consejos para que los padres ejerzan una sana autoridad sobre sus hijos
Establezca límites verbales determinando cómo puede solicitar verbalmente conductas específicas de sus hijos.
Existen cuatro formas:  Persuasión.
A esta hora tenés que estar durmiendo
Por medio de Preguntas: ¿Podrías por favor traerme la mantequilla de la refrigeradora porque estoy moviendo la comida?
por Mensajes en primera persona: Quiero que por favor hoy laves tu plato
y como una Orden: Arregla tu cuarto hoy y punto.
Recuerde que la forma en que crezcan los niños los marca por el resto de su vida.